Los niños no siempre están dispuestos a prestar atención a todo lo que le decimos, tal cual como los adultos que a veces no prestamos atención a lo que se nos dice. De hecho, ellos desde muy pequeñitos necesitan de a ayuda de sus padres para aprender esta importante cualidad de escuchar con atención.
Escuchar con atención
Si quieres lograr que tu niño te escuche debes ponerte a su nivel. Si, ¡exactamente! Ponerte a su nivel, es una estrategia sumamente sencilla, si mantienes la constancia muy pronto habrás enseñado a tu niño a escuchar y a prestar atención.
Por lo general los padres dicen algo a sus niños y estos los ignoran. Se les repite lo mismo hasta 1 veces y es entonces cuando empiezan a contar hasta 3, y le dicen al pequeño que si no hace caso lo castigarán, logrando con esto que el niño aprenda a hacer caso una vez que exista la amenaza, ignorándote por completo las primeras diez veces y por ende prestar atención sólo cuando ya has perdido la calma.
Como habrás escuchado muchas oportunidades, gritar no sirve de nada, esta estrategia de los gritos raramente da resultados positivos. Lo mejor es acercarte al niño, puedes bien sea agacharte y ponerte a su altura o alzarlo de manera que captes su atención y puedas mirarlo a los ojos.
También puedes sentarte a su lado cada vez que quieras conversar con él o simplemente decirle que es muy importante que termine de comer sus alimentos, el contacto visual es más que importante cuando estás frente a frente con tu hijo.
Algunos tips sencillos para que los niños escuchen a los padres.
Háblale lo más claro posible: Todo lo que tengas que decirle a tu hijo, díselo de la forma más sencilla y clara posible, si hablas con términos muy complicados o te extiendes demasiado podrías perder por completo su atención. Un niño pequeño no entiende cuando las explicaciones son muy largas, por ejemplo, “Hoy saldremos a pasear con la abuela, el clima está un poco húmedo, la semana pasada estuviste algo enfermo y quiero que te mejores, por lo que debes abrigarte antes de salir de casa.” Es mucho más fácil para el cuándo le dices: “Debes ponerte un suéter”, es un mensaje mucho más corto y claro.
Es una buena idea que le des a tu hijo algunas opciones, sin embargo, asegúrate siempre de que tú te sientas satisfecha con lo que podría elegir, ya que si le permites elegir entre limitadas opciones, tu niño se sentirá importante y a su vez los padres se sentirán satisfechos con los resultados.
Dale siempre un buen ejemplo: Si tú sabes escuchar a tus hijos, ellos lo notarán y también te escucharán. Acostúmbrate siempre a escuchar a tu niño con el mismo nivel de atención y respeto que le brindas a un adulto. Míralo a los ojos cada vez que te hable, no lo interrumpas y contéstale de forma adecuada. Procura no ignorarlo ni darle la espalda, aun cuando te encuentres preparando la cena y de manera insistente tu pequeño desea contarte sus aventuras del día. No olvides nunca que para todo aquello que quieras enseñarles a los niños, tu ejemplo siempre será mucho más importante que tus palabras.
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