Educación inclusiva: La escuela inclusiva es una escuela que rompe todas las barreras y garantiza una verdadera equidad educativa, una verdadera igualdad de oportunidades educativas para todos los alumnos y alumnas con independencia de sus capacidades, raza, cultura, sexo, ritmos de aprendizaje, intereses, etc.
La educación inclusiva debe comprender y aceptar la diversidad de personas y de alumnos y promover un método educativo que garantice el desarrollo óptimo de todos los alumnos y alumnas, respetando y favoreciendo su individualización.
Escuela inclusiva
Por qué nace la escuela inclusiva
La escuela inclusiva nace como una necesidad de las sociedades humanas, donde la diversidad de personas es indiscutible. Si la educación tiene como fin el desarrollo de los individuos, no podemos limitarnos a un único tipo de escuela, a un solo método educativo ya que será válido para unos pocos, pero dejará de lado a muchos alumnos y alumnas.
La escuela inclusiva no se limita a la integración, la integración supone integrar en un mismo sistema a todos, cambiando a los que no se adapten y ese no es el fin de la educación inclusiva. La escuela inclusiva va más allá de la mera integración y apuesta por la inclusión de todas las diferencias aceptando la individualidad de cada uno, sin pretender cambiarla, las aulas inclusivas se convierten en espacios de enriquecimiento, de aprendizaje y desarrollo en espacios de inclusión mutua.
¿Cómo funciona una escuela inclusiva?
La escuela inclusiva defiende y asegura una verdadera educación inclusiva y para ello.
- Identifica las barreras para el aprendizaje del tipo que sean y lucha para derribar esas barreras, sean de tipo metodológico, social, cultural, etc.
- Las aulas inclusivas son espacios que atienden a las necesidades educativas de todos los alumnos, respetan sus ritmos de aprendizaje, sus intereses, sus dificultades, etc. Para ello tendrán diferentes rincones de aprendizaje, diferentes métodos y recursos, así como sistemas de evaluación y materiales. No importa el resultado sino que todos los alumnos y alumnas puedan llevar su propio proceso de aprendizaje y desarrollo.
- La escuela inclusiva no ve la diversidad como un problema, sino como una oportunidad de crecimiento y de enriquecimiento para todos.
- Las aulas inclusivas promueven un aprendizaje lo más individualizado posible, para lograr una verdadera equidad y que todos los alumnos y alumnas puedan lograr los objetivos educativos.
¿Por qué es necesaria una educación inclusiva?
En una sociedad plural en la que existe gran diversidad de personas, en una sociedad a la vez más global, donde esa diversidad de personas interaccionan constantemente se hace necesario el desarrollo de una cultura inclusiva, donde no solo se integren unos pocos a la cultura dominante, sino donde la sociedad, la cultura se transforme a través de la inclusión de las diferencias.
Y para dar este cambio se ha de comenzar por la educación, por las escuelas.
Ideas para trabajar la educación inclusiva en el aula
Cada niño es diferente a otro, eso no es ninguna novedad… Entonces, ¿cómo podemos trabajar de forma inclusiva en un aula cada vez más diversa? En cuanto al concepto de diversidad no solo hacemos referencia a niños con alguna discapacidad sino que también existen niños con problemas personales, angustias, estrés, familias quebradas (o por quebrarse), niños golpeados, niños con padres ausentes, etc.
Realmente las problemáticas que se presentan en el aula actualmente son cada vez más variables. Esto nos guía a creer que el modo de aprendizaje tradicional ya no es apto para los niños del siglo XXI. Por tanto, a continuación proponemos 10 ideas para trabajar de forma inclusiva en el aula. Verás que son ideas sencillas que fácilmente se pueden aplicar en cualquier aula y que, sin duda, ayudarán a incluir a todos los niños indistintamente cual sea la problemática que arrastran.
[click_to_tweet tweet=»10 ideas para trabajar de forma inclusiva en el aula» quote=»10 ideas para trabajar de forma inclusiva en el aula»]10 Ideas para trabajar de forma inclusiva en el aula
- Conoce a tus alumnos. Para poder saber qué es lo que les gusta o motiva, necesitamos conocerles. Ten en cuenta que no todos los alumnos están en la misma situación y muchos llegan a la escuela con diferentes problemas que es necesario conocer para poder ayudarles.
- Transmitiendo el valor positivo de las diferencias. Los niños son más sencillos que los adultos a la hora de incluir a un niño con alguna discapacidad pero, en caso de ser necesario, resalta (desde el primer día de clases) las diferencias como un valor y no como una dificultad.
- Si vamos a aprender diferente, necesitamos evaluar diferente. Un buen modo de cambiar este concepto es asociar la evaluación a un modo de aprendizaje y no al fracaso o castigo. De este modo los niños dejarán de temerle a las evaluaciones y se enfocarán más en mejorar los resultados pero no desde el castigo.
- Propuestas diferentes. Permite que sean los niños los que propongan actividades para aprender. Muchas veces (por no decir casi siempre) los niños son más creativos que los adultos. Así, introduciendo sus ideas no solo estaremos mejorando la educación sino también, les estaremos teniendo en cuenta para su propia formación, algo completamente asombroso en la escuela tradicional donde, sin duda, los niños se sentirán a gusto.
- Tutorías grupales. Estas tutorías suelen ser muy efectivas. Además ellos aprenden a trabajar en equipo, a tomar decisiones grupales y a conocerse más.
- Metas viables. Es importante establecer metas a corto plazo que sean reales para los niños.
- Usando la teoría de la inteligencia múltiple de Gardner. Esta teoría postula que cada niño nace o trae un tipo de inteligencia y que solo es necesario destacar o descubrir el tipo de inteligencia que cada uno tiene. Así, es posible complementar las capacidades de algunos niños con las capacidades de otros y armar un proyecto u objetivo entre todos. De este modo, los niños aprenderán unos de otros así como también estimularán las relaciones grupales entre ellos.
- Evaluando el estado de ánimo grupal. Para poder saber si nuestro proyecto u objetivo de inclusión está dando resultados positivos, es preciso evaluar cada cierto tiempo cómo se sienten los niños. Busca momentos para hablar con ellos o realiza juegos de cambios de roles para que ellos puedan responder con libertad sobre este modo de aprendizaje.
- Aprendiendo de un modo diferente. Los niños se sienten motivados cuando cambiamos el enfoque del aprendizaje. Es decir, cuando innovamos respecto al lugar. Da una clase en el patio, al aire libre, etc. Permite que los niños escriban las baldosas del suelo de la escuela (si es que esto está permitido o que al finalizar ellos mismos lo puedan limpiar) para hacer multiplicaciones o jugar a una rayuela de cuentas. Al cambiar la metodología, cambia la percepción y los niños tienen una mayor predisposición al aprendizaje.
- Incluye a las familias. Son los padres y abuelos los que conocen el día a día de los niños. Tener una comunicación fluida con ellos será un modo para saber si al niño realmente le agradan los cambios o si, por el contrario, se encuentra con ciertas resistencias.
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