Trastorno de personalidad disociativa: ¿un niño la puede padecer?

trastorno de personalidad disociativa

El trastorno de personalidad disociativa (conocida comúnmente como personalidad múltiple) es un trastorno mental en la que una persona puede tener 2 o varias personalidades viviendo en su cabeza. La disociación de la personalidad suele tener síntomas como pérdida de la memoria, dolor de cabeza y poca diferenciación entre la realidad y la fantasía. Esto es un tratamiento que usualmente se diagnostica en adultos pero ¿Un niño lo puede padecer?

Trastornos mentales y la niñez

Los trastornos mentales puede afectar a cualquier persona independientemente si su estado de salud corporal esté bien o no. De hecho, la mente humana está en constante desarrollo desde la etapa de bebés, por lo que los científicos han deducido que un niño si puede desarrollar un trastorno disociativo, aunque en menor grado y en menor potencia en comparación con la de un adulto.

Los padres, por lo tanto, deben tener especial atención a sus hijos en cuanto a los cambios de humor se refiere. No es lo mismo un berrinche típico de la edad y que conlleva a unas simples patadas y golpes suaves que unas ganas de hacer daño considerable como, por ejemplo, utilizar una herramienta para golpear fuertemente al padre o la madre.

Otro síntoma que puede presentarse dentro de un niño es que se puede desarrollar hasta 3 personalidades diferentes, la personalidad dominante suele no tener mucha atención con la existencia de las otras 2, pero el niño se da cuenta cuando existe un periodo prolongado de memoria blanca (sin memoria) entre una acción y la otra o de una hora a otra. Es vital importancia que los padres se den cuenta en pequeños detalles como “no me acuerdo” o “se me olvidó”. A menudo estas dos características encierran algo más profundo.

 

Diferencias entre otros trastornos infantiles y tratamiento

El trastorno disociativo es un trastorno muy complejo que puede llevar años de investigación y citas con los médicos psiquiatras y psicólogos. Por lo tanto es un trastorno que puede confundirse con otras más complejas. Entre la confusión de las más complejas tenemos:

Esquizofrenia: la esquizofrenia suele parecerse al trastorno disociativo, la gran diferencia es que el niño si mantiene una sola personalidad y puede recordar bastante bien sus alucinaciones auditivas o visuales.

Excusa de mal comportamiento: a veces, sobre todo los niños que desarrollan rasgos sociópatas y psicóticas, usan la manipulación para engañar a los padres para tener un mal comportamiento. Si los padres tienen una duda acerca de este trastorno es real o no lo mejor será llevarlo con un especialista, el único capaz de diferenciar de un trastorno real de uno falso.

Para el tratamiento de este trastorno disociativo son comúnmente las citas a los psicoanalistas, los psicólogos y los psiquiatras. Es de vital importancia que los padres estén muy pendientes con los síntomas que vinculen a la memoria y a los dolores de cabeza fuertes que no se curan con pastillas.

También se debe prestar atención a un cambio repentino de emociones y de humor que pueden vincular al trastorno disociativo. Un niño, al igual que un adulto promedio, puede desarrollar trastornos y enfermedades mentales aunque en menor medida y en menor grado que un adulto promedio. Por lo tanto, la realidad de que un niño puede desarrollar este tipo de trastornos es muy real.

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