¿Sabías que los refuerzos positivos son las herramientas más eficaces para mejorar la conducta de los niños y niñas? Se trata de ofrecer un estímulo agradable y motivador después de una conducta deseada, con el fin de que se repita en el futuro. Así, se fomenta el aprendizaje, la autoestima y la convivencia familiar.
Sin embargo, no siempre se aplica de forma correcta y eficiente. A veces se recurre al castigo, al chantaje o al soborno, lo que puede tener efectos negativos en el desarrollo emocional y social de los niños y niñas. Según el Observatorio de la Infancia, en 2021 se registraron 46.067 casos de maltrato infantil en España, de los cuales el 63% fueron por negligencia o falta de cuidados adecuados.
Por eso, es importante conocer qué es el refuerzo positivo, qué beneficios tiene y cómo usarlo de forma adecuada. Como dijo el psicólogo y pedagogo Jean Piaget: “La meta principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron”.
En este artículo te explicaremos todo lo que necesitas saber sobre el refuerzo positivo para mejorar la conducta de los niños y niñas. Te daremos ejemplos prácticos, consejos útiles y pautas para evitar errores comunes. Además, te mostraremos cómo combinar el refuerzo positivo con otras estrategias educativas para potenciar sus efectos.
Si quieres aprender a educar a tus hijos sin gritos ni castigos, sigue leyendo este artículo. Te sorprenderás de los resultados que puedes conseguir con el refuerzo positivo.
¿Qué es el refuerzo positivo y por qué es tan importante?
Según la definición de Skinner, el padre del conductismo, un refuerzo positivo es “cualquier estímulo cuya presentación contingente al inicio o al final de una respuesta aumenta la probabilidad futura de esa respuesta” . Es decir, se trata de ofrecer algo que le guste o le interese al sujeto después de que realice una conducta que queremos que repita.
Por ejemplo, si queremos enseñar a un niño a leer, podemos ofrecerle un caramelo cada vez que lea una palabra correctamente. Así, el niño asociará la lectura con el caramelo y tendrá más ganas de leer. El caramelo sería el refuerzo positivo que aumenta la probabilidad de que el niño lea.
Tipos de refuerzos positivos
Los refuerzos positivos pueden clasificarse según su naturaleza en:
- Materiales: son objetos tangibles que se entregan al sujeto como premio. Por ejemplo, un juguete, un libro, una prenda de ropa, etc.
- Comestibles: son alimentos o bebidas que se ofrecen al sujeto como recompensa. Por ejemplo, un helado, una galleta, un zumo, etc.
- Sociales: son expresiones verbales o no verbales que transmiten aprecio, reconocimiento o afecto al sujeto. Por ejemplo, una palabra de aliento, un gesto cariñoso, un aplauso, etc.
- De actividad: son acciones que resultan placenteras o divertidas para el sujeto y que se le permiten realizar como incentivo. Por ejemplo, ver una película, jugar a un videojuego, salir al parque, etc.
Diferencias entre refuerzo positivo y negativo o castigo
A menudo se confunde el refuerzo positivo con el negativo o el castigo, pero son conceptos diferentes que tienen efectos distintos sobre la conducta.
El refuerzo negativo consiste en eliminar o evitar un estímulo desagradable cuando el sujeto realiza una conducta deseada. Así, se aumenta la probabilidad de que repita esa conducta para librarse del estímulo aversivo. Por ejemplo, si queremos que un niño haga los deberes, podemos decirle que si los hace no tendrá que lavar los platos. Así, el niño asociará hacer los deberes con evitar lavar los platos y tendrá más probabilidad de hacerlos. El lavar los platos sería el refuerzo negativo que aumenta la probabilidad de que el niño haga los deberes.
El castigo, en cambio, consiste en aplicar un estímulo desagradable o retirar uno agradable cuando el sujeto realiza una conducta indeseada. Así, se reduce la probabilidad de que repita esa conducta para evitar el estímulo aversivo o recuperar el agradable. Por ejemplo, si queremos que un niño deje de pegar a sus compañeros, podemos castigarlo sin ver la televisión o con una regañina. Así, el niño asociará pegar con perder la televisión o recibir una bronca y tendrá menos ganas de pegar. El perder la televisión o la regañina serían los castigos que reducen la probabilidad de que el niño pegue.
Beneficios de los refuerzos positivos en la conducta infantil
El refuerzo positivo no solo sirve para modificar la conducta de los niños y niñas, sino que también tiene múltiples beneficios para su desarrollo integral. Algunos de estos beneficios son:
- Fortalece la autoestima de los niños y niñas: Cuando se reconoce y se premia el esfuerzo, el logro o la mejora de los niños y niñas, se les transmite un mensaje de confianza, valoración y aprecio. Así, se fomenta su autoconcepto (cómo se ven a sí mismos) y su autoestima (cómo se sienten consigo mismos). Los niños y niñas que reciben refuerzos positivos se sienten más seguros, capaces y orgullosos de sus capacidades y cualidades.
- Potencia la receptividad y el aprendizaje: Los refuerzos positivos hacen que los niños y niñas estén más atentos, interesados y dispuestos a aprender. Al asociar el aprendizaje con una recompensa o un elogio, se genera una actitud positiva hacia el proceso educativo. Además, los refuerzos positivos ayudan a consolidar los conocimientos adquiridos y a facilitar la transferencia a otras situaciones.
- Incrementa la motivación y el esfuerzo: Estos refuerzos estimulan la motivación intrínseca de los niños y niñas, es decir, el deseo de realizar una actividad por el placer o la satisfacción que les produce. Al sentirse recompensados por sus acciones, los niños y niñas tienden a esforzarse más y a superar los obstáculos que se les presenten. También se fomenta la motivación extrínseca, que es la que proviene de factores externos como las recompensas o los reconocimientos.
- Estimula la autonomía y la responsabilidad: Los refuerzos favorecen que los niños y niñas asuman sus propias decisiones y acciones, sin depender de las órdenes o las instrucciones de los adultos. Al recibir un refuerzo positivo por una conducta deseada, los niños y niñas interiorizan las normas y los valores que la sustentan. Así, se promueve su autonomía personal y su responsabilidad social.
- Consolida el conocimiento y las habilidades: Los refuerzos positivos contribuyen a que los niños y niñas afiancen sus conocimientos y desarrollen sus habilidades. Al reforzar una conducta positiva, se estimula la repetición de la misma, lo que permite mejorar el rendimiento y la competencia. Además, los refuerzos positivos favorecen la creatividad y la innovación, al incentivar la búsqueda de nuevas formas de resolver problemas o de expresarse.
Cómo aplicar el refuerzo positivo de forma correcta y eficaz
Sin embargo, para que el refuerzo positivo sea realmente efectivo, es necesario aplicarlo de forma correcta y eficaz, siguiendo unas pautas generales, adaptándolo a la edad y las necesidades de cada niño o niña, evitando algunos errores comunes y combinándolo con otras estrategias educativas. Además, es importante evaluar la efectividad del refuerzo positivo y hacer los ajustes necesarios según los resultados obtenidos.
Pautas generales para usar los refuerzos positivos
- Explicar el refuerzo positivo al niño o niña antes de que realice la conducta deseada y en términos positivos. Es decir, no decirle “si no haces los deberes, no hay tele esta tarde”, sino “si haces los deberes, podrás ver la tele esta tarde”. De esta forma, le damos a entender qué esperamos de él o ella y qué beneficio obtendrá si lo hace.
- Ser muy concretos en lo que va a conseguir el niño o niña. Especificar en qué momento y durante cuánto tiempo podrá disfrutar del refuerzo positivo. Por ejemplo, “podrás ver la tele durante 20 minutos después de la cena”. Así evitamos equívocos o intentos de negociación.
- Aplicar el refuerzo positivo a corto plazo. Es decir, ofrecer el estímulo agradable al niño o niña justo después de que realice la conducta deseada. Si el refuerzo positivo es demasiado lejano en el tiempo, el niño o niña puede perder la motivación o la asociación entre su conducta y su consecuencia.
- Ajustar el refuerzo positivo a la conducta deseada. El refuerzo positivo debe ser coherente y justo con el esfuerzo o la dificultad que supone la conducta para el niño o niña. No debemos darle un premio desproporcionado o insignificante.
- Elegir un refuerzo positivo que sea agradable para el niño o niña. Debemos tener en cuenta sus gustos, intereses y preferencias a la hora de escoger el estímulo que le vamos a ofrecer. A veces, lo que más le puede gustar al niño o niña es pasar tiempo con nosotros, jugar a algún juego, dar un paseo o comer algo rico juntos.
- Ser consecuentes con el refuerzo positivo. Siempre que el niño o niña realice la conducta deseada, debemos ofrecerle el refuerzo previsto. Si no somos constantes o cambiamos las condiciones, podemos perder credibilidad y eficacia.
Ejemplos prácticos de refuerzos positivos según la edad y las necesidades del niño
Dependiendo de la edad y las necesidades del niño o niña, podemos elegir unos u otros refuerzos positivos que se adapten mejor a sus intereses y motivaciones.
Algunos ejemplos prácticos de refuerzos positivos según la edad son:
- Para los niños o niñas de 0 a 3 años, podemos usar refuerzos positivos como: sonreírles, abrazarles, aplaudirles, felicitarles, cantarles, jugar con ellos, darles un masaje, ofrecerles un juguete o un libro, etc. Estos refuerzos les ayudarán a desarrollar su autoestima, su confianza y su vínculo afectivo con nosotros.
- Para los niños o niñas de 3 a 6 años, podemos usar refuerzos como: elogiarles, hacerles cosquillas, contarles un cuento, dejarles elegir una actividad, ponerles una pegatina o una estrella, invitarles a un helado o una golosina, etc. Estos refuerzos les ayudarán a potenciar su autonomía, su creatividad y su aprendizaje.
- Para los niños o niñas de 6 a 12 años, usaremos refuerzos como: reconocer sus logros, escucharles con atención, compartir un hobby con ellos, permitirles ver la tele o jugar a la consola, darles dinero o una tarjeta regalo, llevarles al cine o al parque de atracciones, etc. Estos refuerzos les ayudarán a reforzar su autoconcepto, su responsabilidad y su sociabilidad.
- Para los adolescentes de 12 a 18 años, podemos usar refuerzos como: respetar sus opiniones, apoyar sus decisiones, darles más libertad y confianza, organizar una fiesta o una cena con sus amigos, regalarles algo que deseen mucho, pagarles un viaje o una excursión, etc. Estos refuerzos les ayudarán a fomentar su identidad, su madurez y su independencia.
Errores comunes que se deben evitar al usar el refuerzo positivo
Aunque el refuerzo positivo es una técnica muy útil y beneficiosa para la educación de los hijos e hijas, también puede tener algunos inconvenientes si no se usa adecuadamente. Algunos de los errores más comunes que se deben evitar al usar el refuerzo positivo son:
- Usar el refuerzo positivo de forma indiscriminada o cuando no corresponde. Si reforzamos al niño o niña por cualquier cosa o por conductas que ya debería haber adquirido, podemos hacer que pierda el valor del esfuerzo y que se vuelva dependiente de nuestra aprobación. Además, podemos generar una sensación de falsa autoestima o de que nunca hace nada mal.
- Usar el refuerzo positivo como un soborno o una amenaza. Si ofrecemos al niño o niña un refuerzo positivo antes de que realice la conducta deseada o le decimos que se lo quitaremos si no lo hace, estamos condicionando su comportamiento y no fomentando su aprendizaje. Además, podemos crear una relación de desconfianza o de manipulación.
- Usar el refuerzo positivo como la única estrategia educativa. Si solo nos centramos en reforzar las conductas positivas y no prestamos atención a las negativas o a las dificultades del niño o niña, podemos estar ignorando aspectos importantes de su desarrollo. También es necesario corregir, orientar, dialogar y enseñar al niño o niña a aprender de sus errores y a superar sus obstáculos.
- Usar el refuerzo positivo sin tener en cuenta las características del niño o niña. Si elegimos un refuerzo positivo que no le gusta, que no le motiva o que no se ajusta a su edad o a sus necesidades, podemos estar perdiendo eficacia y sentido. Debemos conocer bien al niño o niña y adaptar el refuerzo positivo a sus intereses y preferencias.
Cómo combinar el refuerzo positivo con otras estrategias educativas
El refuerzo positivo es una estrategia muy eficaz para fomentar las conductas deseadas en los niños y niñas, pero no es la única ni la más completa. Para lograr una educación integral y de calidad, es necesario combinar el refuerzo positivo con otras estrategias educativas que complementen y enriquezcan el proceso de aprendizaje. Algunas de estas estrategias son:
- El modelado. Consiste en mostrar al niño o niña cómo se realiza una conducta adecuada, para que la pueda imitar y aprender. El modelado implica ser un ejemplo para el niño o niña, tanto en lo que decimos como en lo que hacemos.
- La instrucción directa. Consiste en explicar al niño o niña qué se espera de él o ella, cómo debe realizar una conducta adecuada y por qué es importante hacerlo. La instrucción directa implica ser claros, concretos y coherentes en nuestras indicaciones.
- La retroalimentación. Consiste en dar al niño o niña información sobre su desempeño, tanto de las conductas positivas como de las negativas, para que pueda mejorar y corregir sus errores. La retroalimentación implica ser respetuosos, constructivos y equilibrados en nuestros comentarios.
- La participación activa. Consiste en involucrar al niño o niña en su propio proceso de aprendizaje, haciéndole partícipe de las decisiones, las normas, los objetivos y las actividades que se realizan. La participación activa implica ser democráticos, flexibles y creativos en nuestra metodología.
Cómo evaluar la efectividad del refuerzo positivo y hacer los ajustes necesarios
El refuerzo positivo no es una técnica estática ni infalible, sino que requiere de una evaluación continua y de unos ajustes periódicos para adaptarse a las circunstancias y a los cambios que se producen en el niño o niña. Para evaluar la efectividad del refuerzo positivo y hacer los ajustes necesarios, podemos seguir estos pasos:
- Definir los objetivos. Antes de aplicar el refuerzo positivo, debemos tener claro qué conductas queremos aumentar o disminuir en el niño o niña, y cuáles son los criterios para medir su progreso. Los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales.
- Registrar los datos. Durante la aplicación del refuerzo positivo, debemos llevar un registro de los datos que nos permitan evaluar su efectividad. Por ejemplo, podemos anotar la frecuencia, la duración, la intensidad o la calidad de las conductas del niño o niña.
- Analizar los resultados. Después de un periodo de tiempo determinado, debemos analizar los resultados obtenidos con el refuerzo positivo, comparando los datos registrados con los objetivos definidos previamente. Así podremos ver si se ha producido un cambio significativo o no.
- Hacer los ajustes necesarios. En función del análisis de los resultados, debemos hacer los ajustes necesarios para mejorar la efectividad del refuerzo positivo. Por ejemplo, podemos cambiar el tipo de refuerzo, la frecuencia de su aplicación, las condiciones de su entrega o los criterios de evaluación.
Conclusión
En este artículo hemos visto qué es el refuerzo positivo, cómo se aplica, qué tipos existen, qué beneficios tiene para la educación de los hijos e hijas y qué errores se deben evitar al usarlo. También hemos visto cómo combinarlo con otras estrategias educativas y cómo evaluar su efectividad y hacer los ajustes necesarios.
El refuerzo positivo es una técnica muy útil y beneficiosa para fomentar las conductas deseadas en los niños y niñas, ya que les ayuda a desarrollar su autoestima, su motivación, su autonomía y su responsabilidad. Sin embargo, para que el refuerzo positivo sea realmente efectivo, es necesario aplicarlo de forma correcta y eficaz, siguiendo unas pautas generales, adaptándolo a la edad y las necesidades de cada niño o niña, evitando algunos errores comunes y combinándolo con otras estrategias educativas.
Desde nuestra web como expertos en educación infantil, te animamos a usar el refuerzo positivo como una herramienta más para educar a tus hijos e hijas desde el respeto, la comprensión y el acompañamiento. Si tienes alguna duda o consulta sobre este tema, puedes dejarnos un comentario o contactarnos por correo electrónico. Estaremos encantados de ayudarte.
Preguntas frecuentes sobre el refuerzo positivo
A continuación te presentamos algunas de las preguntas más frecuentes que nos habéis hecho a través de los comentarios:
- ¿Qué diferencia hay entre el refuerzo positivo y el negativo? El refuerzo positivo consiste en ofrecer al niño o niña un estímulo agradable cada vez que realiza una conducta deseada, mientras que el refuerzo negativo consiste en retirar al niño o niña un estímulo desagradable cada vez que realiza una conducta deseada. Ambos tipos de refuerzo buscan aumentar la probabilidad de que la conducta se repita en el futuro.
- ¿Qué diferencia hay entre el refuerzo positivo y el castigo? El refuerzo positivo busca aumentar la probabilidad de que una conducta deseada se repita en el futuro, mientras que el castigo busca disminuir la probabilidad de que una conducta indeseada se repita en el futuro. El refuerzo positivo se basa en la recompensa y el estímulo, mientras que el castigo se basa en la sanción y la coacción.
- ¿Qué tipos de refuerzos positivos existen? Los refuerzos positivos pueden ser de diferentes tipos: verbales (elogios, palabras de ánimo), gestuales (sonrisas, abrazos), materiales (juguetes, libros), sociales (reconocimiento, atención), naturales (satisfacción, placer), de puntos (estrellas, pegatinas), etc.
- ¿Cómo elegir el refuerzo positivo adecuado? Para elegir el refuerzo positivo adecuado, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La edad y las características del niño o niña. No todos los refuerzos positivos funcionan igual para todos los niños y niñas. Debemos conocer sus gustos, intereses, necesidades y preferencias, y elegir un refuerzo que sea acorde a su edad y a su nivel de desarrollo.
- La conducta que queremos reforzar. No todas las conductas requieren el mismo tipo o grado de refuerzo positivo. Debemos valorar la dificultad, la importancia y la frecuencia de la conducta que queremos reforzar, y elegir un refuerzo que sea proporcional y coherente con ella.
- La variedad y la novedad. Si usamos siempre el mismo refuerzo positivo, puede perder su efecto y su valor. Debemos variar el tipo y la forma de refuerzo positivo, y sorprender al niño o niña con refuerzos nuevos y originales que capten su atención y su interés.
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© 2023 ▷ Escuela en la Nube ➡➤ [ ¿Qué son los refuerzos positivos y por qué son tan importante? ] Escuela de padres ✏️ Ángel Sánchez Fuentes | 👨🎓Docente y creador de blogs educativos @escuelaenlanube
Si un niño tiene conductas de pegar al momento de no recibir lo que quiere, como es la mejor formar de hacer que esa conducta no se repita?