Nueve trucos para que los niños se vayan a la cama

shutterstock_108638597Razones de peso para que el niño se vaya pronto a la cama
Dormir menos horas de las necesarias puede perjudicar la salud de los pequeños. Incluso podrían aparecer trastornos del sueño, bastante comunes en niños y adolescentes.

 A continuación se describen nueve sencillos trucos que ayudan a lograr que el niño se vaya a cama pronto y descanse tanto como necesita.

1. Calcular la hora adecuada de irse a la cama
La pauta más importante para lograr que el niño se vaya a la cama a lo hora adecuada es lograr crear una rutina de sueño para él. ¿Cómo? El primer paso es determinar cuál debe de ser la hora de irse a la cama. Un bebé recién nacido precisa dormir 16 horas al día. A medida que el pequeño crece, se reduce, según la siguiente progresión: 15 horas diarias a los tres meses de vida; 14 horas al año de edad; 13 horas a los dos años; 11 horas a los cinco; diez a los nueve años; nueve horas a los 14 años; y ocho horas a partir de la mayoría de edad.

2. Repetir actividades nocturnas con el bebé
Para crear una rutina de sueño, el siguiente paso es establecer una serie de actividades que se repetirán cada noche, antes de ir a dormir. Puede ser darle un baño, ofrecerle un biberón de leche, cepillarse los dientes juntos o leer un cuento en su compañía. La creación de un ritual ayuda a la creación del hábito y a conciliar el sueño.

3. La cama nunca debe ser un castigo para niño
La doctora Rocío Sánchez-Carpintero enumera una serie de medidas «de higiene» del sueño, que ayudan al niño a irse a la cama a hora que precisan, en su artículo publicado dentro de los ‘Protocolos de Neurología’ de Asociación Española de Pediatría. En este sentido, señala la especialista, «es importe evitar que el niño relacione la cama con una situación de castigo».

Según esto, es un error mandar al niño a dormir por haberse portado mal. Sin embargo, sí conviene que el niño pase tiempo en su dormitorio durante el día, para que no lo asocie con el momento desagradable de tener que irse a dormir.

4. Misma hora de acostarse y de levantarse
Crear un rutina de sueño en el niño implica que no solo la hora de acostarse debe ser la misma sino, también, la de levantarse. Contar con horarios fijos facilitará que el pequeño acepte sin protestar irse a la cama a su hora.

Las vacaciones (Navidad, Semana Santa, verano) pueden desbarajustar algo este ritmo de sueño en el menor. Si durante las semanas de descanso, los niños que van a la escuela han cambiado sus horarios habituales (se acuestan y se levantan más tarde), es aconsejable que en los días previos al comienzo de las clases se vayan acostumbrando, de forma gradual, a su ritmo normal.

5. El ejercicio ayuda al niño
Para que no haya problemas para ir a la cama, lo mejor es que los niños lleguen a ese momento del día cansados y relajados. Por eso, es bueno que durante la jornada realicen actividad física. Los niños tienen mucha energía y están ansiosos por gastarla. Es importante que jueguen al aire libre, corran, hagan natación u otro deporte.

6. El niño no debe usar videojuegos de noche
Para que el niño se relaje, es importante evitar actividades que le puedan excitar durante esa última parte del día, entre ellas, los videojuegos y ver la televisión. Por su parte, la lectura de un cuento como última actividad del día -antes de apagar la luz y que el pequeño se quede solo en la cama-, contribuye a la relajación del pequeño.

7. Una luz tenue durante el sueño del bebé
El grado de oscuridad de la habitación también es importante. No es bueno que entre luz de la calle. Por ello, cuando la habitación tiene una ventana exterior, conviene que quede bien cerrada por medio de una persiana o una cortina gruesa.

En cambio, sí puede resultar conveniente dejar alguna luz tenue en el interior de la habitación, para evitar que el niño tenga miedo al quedarse solo en la habitación. Esta luz será de ayuda, también, para que no se asuste, en caso de que el pequeño se despierte en mitad de la noche.

8. Olvidarse del azúcar antes de dormir
La alimentación también influye en la calidad del sueño del niño. Existen comidas que excitan al niño, por lo que harán más complicado que entre en la cama a la hora que necesita. En este sentido, es importante prescindir de las bebidas con mucha azúcar, así como de la cafeína, después del mediodía.

9. Cada uno en su cama
«Se debe promover la capacidad de que el niño pueda dormirse sin que sus padres estén presentes», explica Sánchez-Carpintero. Y en su propia cama. Si tras apagar la luz y abandonar la habitación, el niño vuelve a levantarse, la doctora recomienda actuar de la siguiente manera: acompañarle a su cama y calmarle. Sin embargo, no se debe repetir la rutina anterior (lectura, etc.), ya que el niño lo verá como una forma de ganar tiempo y es fácil que lo asuma como hábito.

Fuente: http://www.todoparalafamilia.com

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