Decimos que un niño tiene altas capacidades cuando puede destacarse a nivel académico o escolar por encima de la población media. Dicho de otro modo, una persona con altas capacidades es aquella que tiene una capacidad extraordinaria para el aprendizaje de forma veloz y efectiva mucho más acelerada que los niños o personas de su edad. A menudo, es te tipo de personas recibe el nombre de niño o persona superdotada, aunque, como veremos más adelante, no son lo mismo.
Esto produce que dicha persona tenga otro ritmo o velocidad en sus aprendizajes. En consecuencia, requieren de una educación especial que se adapte a lo que ellos necesitan.
De no ser atendidas estas necesidades, podrían pasar desapercibidas por parte de los padres o docentes responsables, evitando así que se potencien las habilidades naturales que estos niños poseen. De allí la gran importancia de realizar una capacitación o curso de altas capacidades.
¿Un niño superdotado o con altas capacidades?
Aunque muchos confundan ambos términos, no es lo mismo hablar de un niño con altas capacidades, a hablar de un pequeño superdotado.
El niño con altas capacidades se destaca en un aspecto, asignatura o área de interés. Por ejemplo, las ciencias naturales o las matemáticas, lógica, algebra, etc. Mientras que el niño superdotado se destaca absolutamente en todas las asignaturas o áreas.
Ambos tipos de niños precisan de un docente altamente preparado para poder estar a la altura de las exigencias y de la velocidad que cada niño requiere en su proceso de aprendizaje. No obstante, es más difícil detectar un niño con altas capacidades que a uno superdotado.
Ventajas de especializarse en niños con altas capacidades
Preparación intelectual y social de forma constante
Muchos son los docentes que se especializan en la educación de los niños con discapacidad, pero pocos son aquellos que lo hacen para los niños con altas capacidades. Esto, en cierto aspecto, tiene relación con que solamente el 2% de la población mundial tiene estas características. Asimismo, la capacitación que precisa es sumamente completa y compleja no solo desde el punto de vista intelectual sino también social, ya que muchas veces un docente de un niño con altas capacidades necesitará acompañar a su alumno a la universidad con apenas 11 o 12 años lo que implica un contexto diferente al esperado en la educación especial de niños con discapacidad intelectual, por ejemplo.
Formación sobre la observación de posibles futuros casos de intervención
La formación en altas capacidades permitirá al docente mejorar y “entrenar” la observación a fin de poder identificar futuros niños con altas capacidades. Siendo esta una población tan reducida, muchos niños pasan su infancia e incluso su adolescencia sin que sus padres se hayan percatado de sus altas capacidades. Si bien es posible avanzar y desarrollar aquellas habilidades en adolescentes o adultos, el potencial que posee un niño para su aprendizaje solo lo tiene a esa edad (entre los 6 y los 12 años). De ahí que es sumamente importante la capacitación para la detección de niños con estas características.
Salida laboral
Al elevar la capacitación profesional (en especial en un aspecto como el de las altas capacidades), los docentes o pedagogos lograrán una ventaja competitiva respecto a nivel laboral, pudiendo así alcanzar puestos de mayor jerarquía y/o mejor remunerados que otros docentes. Por otra parte, la certificación que se recibe suma puntos de acreditación para cargos docentes en instituciones escolares.