Uno de los hábitos de comportamiento básico que sin duda debe aprender un niño es lavarse las manos. A menudo esto se aprende por imitación (casi en la mayoría de los casos) así que, en este punto debemos ser un ejemplo para los niños. Sin embargo existen otras ayudas para enseñar a los niños a crear el hábito de lavarse las manos.
La importancia de lavarse las manos
Lavarse las manos es un modo de prevenir enfermedades dado que ellos tocan los objetos y luego se llevan la mano a la boca, ojos o nariz, contagiándose y transmitiendo enfermedades.
La importancia de lavarse las manos después de:
- Estornudar
- Tocar a una mascota
- Llegar de la calle
- Jugar con sus juguetes
También se debe lavar las manos antes de:
- Ir a dormir
- Cenar o almorzar
- Tocar cualquier alimento
¿Cómo lavarse las manos?
Enseñar a un niño a lavarse sus manos es un hábito de comportamiento que ellos deben incorporar poco a poco. Lo mejor es, en un principio, dejar que ellos miren como los adultos nos lavamos las manos.
Enseñar a un niño a lavarse las manos
Lo ideal es que el adulto se lave las manos al mismo momento (o antes) de que el niño empiece a lavarse las manos.
Pasos para enseñar cómo lavarse las manos:
- Coloca ambas manos debajo del grifo con agua tibia (evalúa tú la temperatura ideal para el niño).
- Luego el niño debe tomar el jabón (o jabón líquido) y pasar el mismo sobre la palma de ambas manos.
- Es importante también que la palma de una de las manos lave el dorso de la otra mano. Luego de 15 segundos, se puede enjuagar ambas manos.
Esto no solo beneficia la higiene del niño, sino que también favorece el control del movimiento de las manos y la conciencia corporal.
Crear hábito de lavarse las manos
Para poder crear el hábito podemos:
- Utilizar una canción. Inventar una canción o bien utilizar una ya inventada que sea referida a la higiene infantil de lavarse, suele ser un hábito que los niños incorpora rápidamente por ser el sentido del oído aquel que más rápidamente se convierte en un hábito.
- Explicarle sobre los riesgos. Si bien es cierto que en la mayoría de los casos, los niños no corren peligros mortales por no lavarse las manos, en otros casos existen bacterias que sí lo son y que, si ellos no incorporan este hábito, no sólo pueden dañarse ellos mismos sino también dañar a otros (cuando un niño toca una herida de otro niño a modo de juego pero nunca se lavó las manos y contribuye a aumentar la infección de este).
- Establece rutinas. Antes de sentarse a la mesa para cenar o almorzar, pregúntale al niño si “ya se ha lavado las manos”. En caso que él no lo haya hecho, entonces procede a ir juntos a lavarse las manos.
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