A todos nos ha pasado alguna vez. Nos despertamos sudando y agitados después de una noche de pesadillas o terrores nocturnos. Es una experiencia desagradable que nos puede dejar con una sensación de inquietud durante todo el día. Pero, ¿qué son exactamente las pesadillas y los terrores nocturnos? ¿Cómo podemos diferenciarlos y qué podemos hacer para prevenirlos? En este artículo, te lo explicamos todo.
¿Qué son las pesadillas?
Las pesadillas son sueños muy intensos y vívidos que pueden causar miedo, ansiedad y estrés en la persona que las experimenta. Por lo general, las pesadillas ocurren durante la fase de sueño REM (Rapid Eye Movement) y se caracterizan por la presencia de imágenes y sensaciones negativas, como monstruos, persecuciones o caídas.
Las pesadillas son más comunes en los niños, pero también pueden afectar a los adultos. A menudo, las pesadillas son causadas por el estrés, la ansiedad, el miedo, la depresión o el consumo de ciertos medicamentos. Además, algunos trastornos del sueño, como la apnea del sueño, también pueden aumentar la frecuencia de las pesadillas.
Las pesadillas pueden tener un efecto duradero en la persona que las experimenta, causando ansiedad y estrés durante todo el día. Es importante tratar de identificar las causas subyacentes de las pesadillas y abordarlas para reducir su frecuencia.
¿Qué son los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos, también conocidos como «pavor nocturnus», son episodios de miedo intenso que ocurren durante el sueño profundo. A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos no ocurren durante la fase REM del sueño, sino durante la fase de sueño profundo, lo que hace que la persona no recuerde el episodio al despertar.
Durante un episodio de terror nocturno, la persona puede gritar, llorar, moverse de forma brusca y parecer desorientada y confundida. Los terrores nocturnos son más comunes en los niños, pero también pueden afectar a los adultos. A menudo, los terrores nocturnos están relacionados con el estrés, la ansiedad, el cansancio o el consumo de ciertos medicamentos.
A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos no tienen un efecto duradero en la persona después de despertar. La persona afectada puede volver a dormir inmediatamente después del episodio y no recordar nada al despertar.
Diferencias entre pesadillas y terrores nocturnos
Aunque las pesadillas y los terrores nocturnos pueden parecer similares, existen algunas diferencias importantes que debemos tener en cuenta.
- Las pesadillas ocurren durante la fase de sueño REM, mientras que los terrores nocturnos ocurren durante la fase de sueño profundo.
- Durante las pesadillas, la persona se despierta y recuerda el sueño vívido y detallado. Durante los terrores nocturnos, la persona no recuerda el episodio al despertar.
- Las pesadillas pueden causar ansiedad y estrés durante todo el día, mientras que los terrores nocturnos no tienen un efecto prolongado en la persona después de despertar.
- Los terrores nocturnos son más comunes en los niños, mientras que las pesadillas afectan tanto a niños como a adultos.
Es importante diferenciar entre pesadillas y terrores nocturnos para poder identificar las causas subyacentes y tomar medidas preventivas.
¿Qué podemos hacer para prevenir las pesadillas y los terrores nocturnos?
Aunque no siempre es posible prevenir las pesadillas y los terrores nocturnos, existen algunas medidas que podemos tomar para reducir su frecuencia.
- Reducir el estrés y la ansiedad: Practicar técnicas de relajación como la meditación o el yoga, y mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada, ejercicio regular y suficiente descanso pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
- Evitar la cafeína y el alcohol: Estas sustancias pueden alterar el sueño y aumentar la frecuencia de pesadillas y terrores nocturnos. Por lo tanto, se recomienda evitar su consumo antes de dormir.
- Crear un ambiente relajante: Mantener el dormitorio fresco, oscuro y tranquilo puede ayudar a mejorar la calidad del sueño y reducir la probabilidad de pesadillas y terrores nocturnos.
- Establecer una rutina de sueño: Mantener un horario regular para dormir y despertar puede ayudar a regular el ciclo de sueño y reducir la probabilidad de episodios de pesadillas y terrores nocturnos.
Si estas medidas no funcionan o los episodios son frecuentes e intensos, es recomendable buscar ayuda médica para identificar las causas subyacentes y recibir tratamiento si es necesario.
¿Cuándo debemos buscar ayuda?
En algunos casos, los episodios de pesadillas y terrores nocturnos pueden ser síntomas de un trastorno del sueño subyacente o de un problema de salud mental. Si los episodios son frecuentes, intensos o afectan la calidad del sueño y la vida diaria de la persona, se recomienda buscar ayuda médica.
Un profesional de la salud mental puede ayudar a identificar las causas subyacentes de los episodios y brindar terapia o tratamiento si es necesario.
Conclusión
Las pesadillas y los terrores nocturnos son experiencias desagradables que pueden afectar la calidad del sueño y la vida diaria de una persona. Es importante diferenciarlos y tomar medidas preventivas para reducir su frecuencia. Si los episodios son frecuentes o intensos, se recomienda buscar ayuda médica para identificar las causas subyacentes y recibir tratamiento si es necesario. Con un poco de cuidado y atención, podemos reducir la frecuencia de estos episodios y mejorar nuestra calidad de vida.