El cuento de Ana es un relato que le enseña a los niños a estar alerta para prevenir los abusos sexuales.
¡Ana, grita fuerte! Cuento para trabajar abusos sexuales
Ana era una niña pequeña y con una imaginación bastante amplia, incluso más que la de sus compañeras de clase. A ella le gustaba jugar de todas las maneras posibles y utilizar su imaginación para que fuese más divertido.
Ana aprende a poner límites
Ella tenía muchos amigos en la escuela y con todos llevaba una buena relación. Un día, ella decidió leer un libro pero Valentina, su mejor amiga, quería leer precisamente ese mismo libro y decidió maltratarla al no poder obtenerlo.
La maestra de Ana, llamada Andrea, vio que la pequeña Ana estaba sufriendo de maltrato físico por parte de su amiga Valentina y como docente decidió intervenir para que no volviese a suceder lo mismo en el futuro.
La maestra le preguntó a Ana porquémotivo no la había llamado y le dijo que si alguna persona le hacía algo que no le gustaba, ella debía primero decirle que no lo hiciera. Si eso seguía sucediendo, entonces tendría que gritar muy fuerte para evitar que otra persona le hiciera daño.
Ana y su mamá
Ana tenía el cabello muy largo y le gustaba mucho, puesto que pensaba que con él era una niña muy fuerte. Sin embargo, luego de bañarse sufría bastante, pues se le enredaba mucho y su mamá debía maltratarla para peinarla bien. La pobre Ana nunca decía nada, ya que si se quejaba sus padres le podrían cortar el cabello.
Ana recordó lo que le dijo su maestra y cuando su mamá la estaba peinando decidió decirle que lo hiciera más suave. La respuesta de su mamá fue muy positiva y le dijo que lo haría con más ternura.
Ana comprendió que lo que le había dicho su maestra, Andrea, había sido de gran ayuda y lo debía hacer de forma más frecuente.
Algunos días después, Ana visitó la casa de sus abuelos, puesto que era uno de sus lugares favoritos porque su abuela hacía una comida muy deliciosa. Además, sus padres no tenían tiempo para cocinar de esa manera.
En casa de los abuelos de Ana se encontrócon su tío Roberto, quien jugaba frecuentemente con ella y le contaba todo tipo de cuentos. No obstante, su tío comenzó a cambiar, pues le quitaba la ropa. Obviamente, a Ana eso no le agradaba nada. El tío Roberto siempre le decía a Ana que simplemente era un juego, pero ella no lo entendía, ya que no le gustaba y no era divertido.
Un día el tío Roberto quiso jugar nuevamente a ese juego con el que Ana se sentía incómoda. Entonces recordó otra vez lo que su maestra le había dicho en los días pasados. Así, Ana le exigió a su tío que ya no jugasen más a ese juego pero su tío insistía e insistía… Entonces Ana gritó tan fuerte que todas las personas que estaban en la casa la alcanzaron a escuchar, como sus padres o abuelos.
Moraleja
Para prevenir el abuso sexual es importante que el niño entienda que es posible defenderse.
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