Se conoce como violencia de género a aquel tipo de violencia que se ejerce hacia las mujeres, sea ésta violencia física, psíquica, verbal, económica o emocional.
La relación entre las víctimas y el o los culpables de violencia de género se ha invisibilizado durante siglos, realizando, desde antaño, un trabajo sutil para que las víctimas (en la mayoría de los casos) acepten como naturales aquellas construcciones impuestas por el patriarcado.
Veamos un ejemplo: si pensamos en violencia de género, mayormente tendemos a pensar en la violencia física (golpes, maltrato, agresión, mutilación, etc) que se ejerce de un esposo o novio hacia una novia o esposa en el hogar. Sin embargo, existen otros tipos de violencia de género.
Asimismo, no debemos dejar de lado el hecho de que la violencia de género se puede desarrollar en cualquier ámbito. Tal es el caso de cierto tipo de violencia que se ejerce (naturalmente invisibilizada ésta) en las aulas, reproduciendo un método e ideología que es preciso percibir para evitar que los niños crezcan naturalizado este tipo de violencia.
En relación a esto, ciertas investigaciones han dejado en evidencia que muchas relaciones de pareja adolescentes, han evidenciado situaciones de violencia, destacando que estas situaciones son vividas desde muy temprana edad por los adolescentes, incluso en el ámbito escolar.
¿Cómo identificar la violencia de género en las aulas?
Debemos partir de la idea que la violencia de género es como la punta de un iceberg del que sólo podemos ver la cima pero que, si observamos detalladamente, podremos distinguir la violencia en sus aspectos más sutiles e invisibles. Como, por ejemplo, en el tipo de lenguaje que empleamos en las aulas, los espacios que utilizamos en la escuela, como hacemos uso de estos y hasta el tipo de tareas o asignaciones que se han construido socialmente (pensemos en qué a las mujeres se les ha asignado, desde siglos atrás hasta la actualidad, la relación de trabajos asociados con el cuidado hacia otros, por ejemplo, la tarea docente), mandatos sociales como que es necesario tener novio, casarse, formar una familia, etc.
Debemos considerar que la violencia de género es una actividad que se ejerce en toda la sociedad (nadie está exento de eso) y desde muy temprana edad. Por eso, ser un
especialista en violencia de género ayudará sin duda a que este tipo de construcciones sociales sean puestas en evidencia para evitar que generaciones futuras padezcan los índices elevados de violencia de género con los que contamos a nivel mundial en la actualidad.
Aspectos a tener en cuenta para combatir la violencia de género desde las aulas
Considerando que es indispensable la formación en violencia de género de todo profesional relacionado con la educación, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos para poder comenzar a visualizar esta violencia en las aulas. No obstante, es imprescindible que todo docente se capacite en profundidad, realizando cursos o máster en relación a esta temática.
- Observar los contenidos y objetivos curriculares. Meticulosamente se debe observar el tipo de contenido que se imparte y la forma en que se transmiten los mismos, a fin de poder observar diversas prácticas de violencia de género que pueden estar ocultas.
- Tener en cuenta las relaciones sociales y trabajar sobre ellas de manera constante.
- Abordar el lenguaje. Este es uno de los aspectos más importantes puesto que es, mediante este, que se naturalizan las prácticas arriba descritas.
- Escoger el correcto material didáctico. El material que se utilice debe favorece a la igualdad de géneros. Por ejemplo, se debe evitar los objetos o juegos que clasifiquen a niños, por un lado, y niñas, por el otro.