Métodos para que los niños aprendan a vocalizar, es decir, aprender a decir claramente las palabras o frases, hay cientos. Sin embargo, pocos métodos pueden ser tan efectivos, tan didácticos, divertidos y fáciles de aprender como los trabalenguas. Por eso, son una excelente recomendación para quienes quieren que sus hijos aprendan a vocalizar.
En las etapas infantiles, una de las principales prioridades para los padres es el aprendizaje del lenguaje. Después de decir las primeras palabras y la alegría que eso conlleva, es una responsabilidad dedicarse a que aprendan a vocalizar, a articular palabras, a pronunciar debidamente, puesto que como es lógico, les será útil para el futuro próximo y aparte es un requisito indispensable para estudiar en condiciones. Para ello, los trabalenguas cortos pueden ser una recomendación oportuna.
Mejores trabalenguas para niños
Precisamente con el tema de la vocalización, del aprendizaje de nuevas palabras, pero también de la dicción, la fluidez y la pronunciación correcta, hay diversos trabalenguas que resultan excepcionales en ese sentido. De tal manera que la recomendación siempre debe pasar por allí:
- Subir la cuesta: hay un trabalenguas muy corto, ideal para niños, que es el de «Cuesta le cuesta subir la cuesta», donde aparte de ser un trabalenguas y mejorar la pronunciación, no deja de ser sencillo porque casi siempre se utilizará la misma palabra en todas las frases. Por eso, es fácil de aprender y fácil también de decir.
- Pablito clavó un clavito: uno de los clásicos del aprendizaje de la dicción, por ende, de la vocalización correcta. La utilización de las sílabas que combinan 3 letras, como en Pablito o en clavito, resultan ideales para que los niños puedan pronunciar correctamente, ya que suelen ser las sílabas más difíciles de aprender y de utilizar con fluidez durante la lectura o al hablar.
- Pepe Pecas: hay muchas versiones de Pepe Pecas. Desde la versión corta, donde directamente la frase principal se invierte en la frase final -en resumen, 2 frases durará el trabalenguas- hasta la versión larga, donde hay un gran párrafo para decir. Lógicamente, se recomiendan las versiones más cortas, ya que se trata de un trabalenguas sencillo de aprender, pero no tanto al momento de decirlo, siendo un excelente ejercicio para vocalizar.
- Tres tristes tigres: posiblemente se trate de uno de los trabalenguas más conocidos. Sin embargo, no es ni por asomo uno de los más sencillos, de manera que se recomienda solo cuando los niños ya han dominado otros más fáciles o se encuentran en una etapa de lectura más avanzada.
¿Por qué los trabalenguas para niños son efectivos?
La literatura, y con ello, la lectura y la escritura, son elementos imprescindibles para el desarrollo académico, profesional y personal de todas las personas. No obstante, eso no quiere decir que muchas veces exista una barrera que impida que los niños se interesen por estas.
Los trabalenguas son herramientas ideales para suprimir esas barreras, puesto que son divertidos, fáciles de memorizar, musicales, hablan de temas que a los niños les causan risa o alegría, y que por ello serán muy buenos para lograr incentivar su interés por la literatura.
Y es que aparte de mejorar el acto de vocalizar -pronunciar bien las palabras-, también enriquece el lenguaje -es decir, aprenderán nuevas palabras-, mejorarán la memoria -los trabalenguas se tienen que aprender- e indirectamente repercutirá en la fluidez para leer y hablar, pero también en el interés por cada vez textos más complejos.
Por supuesto, no quiere decir que no se pueda variar el recurso didáctico, ya que aunque es un método efectivo, no existen ni por lejos los métodos infalibles o de los que los niños no se puedan cansar. Variar, con lecturas, con ejercicios de escritura creativa -así sean un par de líneas- será una de las mejores formas de que los niños aprendan la literatura, tanto de la forma oral como de la forma escrita.