El final de la primavera y el inicio del verano es un momento de mucha presión para niños y jóvenes, llegan los exámenes finales. La recta final del curso escolar es la etapa previa a unas merecidas vacaciones, pero es también un momento clave, pues es cuando hay que demostrar todos los conocimientos adquiridos durante el curso, o al menos una buena parte de ellos, pues es muy recomendable organizar sistemas de evaluación continua que ayudan a que los jóvenes no se vean sometidos a tanta presión en esta época final.
España sigue teniendo un problema con respecto a la educación, el del fracaso escolar. Según los datos de Eurostat de 2017, el índice de fracaso escolar es del 19%, aludiendo a jóvenes entre 18 y 24 años que abandonan prematuramente el sistema educativo.
La gran pregunta es si este alto índice de fracaso escolar tiene más relación con la forma de estudiar o con el diseño de los planes educativos. No existe una respuesta sencilla para esta pregunta, pero no cabe duda de que el modelo pedagógico actual hace que los alumnos sean receptores pasivos.
El abuso de las clases magistrales y la presentación de los contenidos de manera poco atractiva consigue que los alumnos acaben desconectando de ellos, por lo que muchos chicos se encuentran desmotivados y no saben cómo estudiar.
A esto se suma que falta todavía en España, a nivel general, una mayor capacidad de adaptación de las nuevas tecnologías al sistema educativo. Si los niños y adolescentes de la actualidad prácticamente son nativos digitales, la educación debe adaptarse a esta nueva realidad, y salvo ejemplos muy meritorios, esta es una asignatura pendiente en la educación española.
Técnicas de estudio que sí funcionan
Se conocen como técnicas de estudio a todas aquellas metodologías que desarrollan fórmulas para afrontar el aprendizaje intelectual. También conocidas como técnicas de aprendizaje, son formas de estudio diseñadas para potenciar la asimilación de contenidos que van más allá de simplemente adquirir unos conocimientos y destriparlos finalmente en el día del examen para después olvidarlos.
El denominado método Pascal es una técnica muy clásica. No es atractiva para todos los jóvenes, pero sí muy práctica es muchos casos. Consiste en iniciar el estudio con una lectura rápida para obtener una idea global, continuar la tarea con una lectura comprensiva en la que se subrayen los aspectos más relevantes, a partir de ahí realizar un resumen o esquema y a continuación estudiar todo el contenido con el esquema como herramienta principal. Finalmente, llega la etapa de memorización y repaso.
El método Pascal es compatible con otras técnicas, pues en realidad la mayoría de fórmulas son asimilables entre sí. Practicar con exámenes es otra práctica interesante y muy recomendable. Estudiar con preguntas que han aparecido en exámenes anteriores y realizar ejercicios prácticos es efectivo para plantearse preguntas relevantes sobre el tema, especialmente en materias como las matemáticas, la gramática o los idiomas.
Una tercera fórmula de aprendizaje son las reglas mnemotécnicas. Si bien no valen para todo, son recomendables para memorizar listas cortas que, aparentemente, no tienen vinculación lógica. Millones de personas han aprendido la tabla periódica de los elementos mediante esta técnica. La mnemotecnia asocia conceptos nuevos con elementos como palabras clave, siglas, abreviaturas, acrónimos…
Si lo que se trata es de estudiar en grupo, desde el ámbito empresarial o creativo se puede tomar prestada una técnica interesante, la tormenta de ideas. El brainstorming es una buena fórmula para estudiar en comunidad. Cada participante aporta su conocimiento, sus capacidades o su experiencia que ha adquirido previamente. Posteriormente, ya en comunidad, los chicos repasan, resuelven dudas, analizan y asimilan conceptos.
Estudiar en grupo es positivo siempre y cuando todos los estudiantes tengan algo que aportar, pues si la voz cantante recae en solo un estudiante, se trata más de ayuda que de refuerzo del aprendizaje.
Finalizamos este conjunto de técnicas con los esquemas y los mapas mentales. En realidad los esquemas forman parte de todas las técnicas de estudio. Son representaciones gráficas mediante las cuales se visualizan ideas con una jerarquía. Desde una idea central se van desplegando de manera radial, dependiente de esta idea central, los conceptos secundarios, de mayor a menor importancia. Los esquemas son fundamentales en todas las materias, pero en ciencias naturales y sociales son especialmente interesantes.