La palabra tecno-estres o síndrome de fatiga informativa remite al estrés que produce el uso de la tecnología. Dicho término es cada vez más utilizado en nuestros tiempos, especialmente después del confinamiento que produjo el virus covid 19.
No obstante, dicha palabra expresa una situación que nos atraviesa y caracteriza como sociedad anterior al confinamiento, ya que la tecnología y los elementos que utilizamos para acceder a ella (Smartphone, tablets, laptops, PC o Mac, etc) modifican nuestro día a día desde hace décadas, aunque cada vez es más frecuente sus usos.
En las próximas líneas, veremos en detalle una guía de intervención para detectar el estrés que produce la tecnología.
Guía de intervención para detectar el síndrome de fatiga informativa
Definición de tecno-estrés
El síndrome de fatiga informativa hace referencia a la falta de habilidades por adaptarse a las nuevas tecnologías. Si bien es cierto que en mayor o menor medida cada persona ha podido adaptarse a los cambios que la tecnología ha proporcionado para nuestra sociedad actual, el ritmo vertiginoso es tal que produce hiper-información y hasta desinformación, conduciendo al estrés del que nos ocuparemos en esta ocasión.
Aunque en primer lugar dicho estrés afecta el ámbito privado o personal (perturbando la salud física y mental), también modifica y altera las actividades laborales o escolares, ya que la nueva realidad supone personas más veloces cada vez, acelerando el ritmo y estilo de vida a nivel profesional o escolar.
Esto se ha acrecentado notablemente los últimos años, llevando a las personas a ocupar mayor parte de su día en la resolución de actividades vinculadas con lo escolar – laboral, a fin de poder dar solución a la sobrecarga de tareas.
Sin embargo, según una encuesta llevada a cabo por Microsoft en el año 2018 en más de 20.000 personas y en 20 países, los empleados pudieron comentar que solamente el 21 % se sentía más productivo. Por su parte, el psico-biólogo español José María Martínez Seva que ha escrito el libro «Tecnoestrés: Ansiedad y adaptación a las nuevas tecnologías en la era digital» (2011) expresa que “Uno de los problemas que son consecuencia del tecno-estrés es la pérdida de relaciones personales producto de la sobrecarga de la información”. Esto se aplica en caso de adultos, adolescentes y hasta niños.
Problemas principales que produce el tecno-estrés
A continuación veremos algunas de las principales características de aquellas personas que padecen tecno-estrés. Las mismas se aplican indistintamente la edad, aunque como veremos más adelante, algunas edades se ven más afectadas que otras por el tecno-estrés:
- Concentración minimizada. Como consecuencia de una multiplicidad de actividades de forma simultánea a las que las personas deben responder.
- Dolores de ojos, espalda y brazos. Esto es producto de encontrarse gran cantidad de horas inmovilizado y en posición de tensión frente al ordenador.
- Modificaciones en los horarios del sueño. No son pocas las personas que se encuentran con alteraciones del sueño por la necesidad de atender a mayor cantidad de exigencias. Este concepto recibe el nombre de vamping y es más observable en adolescentes, aunque no es algo exclusivamente que le ocurra a este grupo etario. En relación a esto, es importante mencionar que la luz azul que emiten las pantallas digitales (PC, Smartphone, Tablets) bloquean la producción de melatonina, por lo que esa podría ser una de las causas de dichas alteraciones en el sueño. Esto puede desencadenar, además irritabilidad y dolores de cabeza.
- Nerviosismo o ansiedad. Las consecuencias de lo arriba descrito tiene como desencadenante ataques de estrés, ansiedad o situaciones nocivas para la salud.
Los niños y el tecno-estres
En el último tiempo, los niños y adolescentes también se vieron afectados por la velocidad y las exigencias a gran escala de las obligaciones escolares. Esto ha demostrado que los niños con síntomas de tecno-estrés presentan ansiedad, la más típica de las características del tecno-estrés.
Los adolescentes y el Síndrome de fatiga informativa
Adicionalmente a lo antes dicho, es importante hacer referencia a determinados factores que se producen en el cerebro de los adolescentes que acrecientan el cuadro de estos. Según Teresa Torralva, doctora en neurociencias, los adolescentes no poseen desarrolladas completamente ciertas capacidades que se lleva a cabo en los lóbulos frontales. Estas son: la capacidad de medir riesgos, el desarrollo de la resiliencia (la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona para experimentar lo que siente, por ejemplo), etc. Si bien este es un periodo sumamente rico para el aprendizaje, aun su cerebro se encuentra inmaduro para determinadas acciones. Esto conlleva a que puedan padecer ciertas dificultades socio-afectivas y estrés como producto de la sobrecarga de responsabilidades tecnológicas. Esto se acrecienta mucho más en contextos de encierro.
Estrategias de prevención e intervención del tecno-estrés
Aunque no existe una forma mágica anti estrés, sí es posible realizar algunos pequeños cambios de hábitos:
- Utilizar la tecnología únicamente para aquellas situaciones que lo ameriten (sea laboral o escolar) y evitar el uso de aquello que puede realizarse sin la misma (momento de ocio, relax o juegos).
- Priorizar la comunicación cara a cara, siempre que sea posible.
- Realizar pequeños descansos en la rutina diaria. Esto favorecerá a que el cuerpo no se tensione con facilidad y evita el cansancio visual también. Emplear al menos 5 minutos de descanso por hora será suficiente.
Administrar estrategias de prevención
No es necesario llegar a sentir niveles de estrés para poder emplear medidas de prevención, ya que toda persona, indistintamente de su edad, en la actualidad está expuesta a cierto nivel de estrés producido por la tecnología. Dentro de estas es posible tener en cuenta algunas consideraciones:
- Contar con proyectos personales (sean individuales o grupales). Adicionalmente a las actividades de exigencia cotidianas, suele ser una propuesta que disminuye notablemente los niveles de ansiedad y estrés que produce el tecno – estrés.
- Fomentar relaciones durables en el tiempo. Lazos de amistad, compañerismo o de pareja.
- Estimular el pensamiento positivo. Estadísticamente hablando, el pensamiento positivo se encuentra íntimamente relacionado con la capacidad de resiliencia, por lo que enfocarse en el agradecimiento de aquellas cosas que sí se tiene, producirá cambios a nivel químico en el cerebro que podrían impedir el estrés que produce la tecnología.
Nunca había oído ese termino. La verdad que tenemos un problema grave que debemos solucionar. Yo como docente trato de utilizar la tecnología, pero siempre con moderación. No se si esa es la solución, pero en casa los niños y niñas es exagerado la cantidad de tecnología que consumen.