La adolescencia es una etapa de tránsito entre la niñez y la adultez, es un periodo de paso, en el que se producen muchos cambios que darán lugar a la madurez física, psicológica y social. Es una etapa llena de descubrimientos, pero también una etapa complicada de búsqueda de la identidad, desarrollo y encuentro con uno mismo. El papel del adolescente en su familia cambia y también el tipo de relación, en muchas ocasiones éstas se tornan complejas y rebosantes de conflictos. Conocer las claves del cambio, las raíces de estos conflictos es esencial para mejorar la relación.
¿Por qué el papel del adolescente en la familia cambia al llegar a esta etapa?
Los adolescentes están en un periodo de cambio, desarrollo y madurez, el papel de los adolescentes en la familia cambia como algo natural en su desarrollo. Podemos entender y analizar estos cambios:
- Los adolescentes dejan atrás la niñez y necesitan desarrollarse como adultos, por lo tanto necesitan alejarse de su rol de niño y asumir nuevos roles. Para ello empieza a buscar la compañía de los iguales (ya que en el seno de esta relación no será tratado como niño), y esto implica separarse de la familia.
- Los adolescentes necesitan definir su personalidad y reafirmar su identidad, en este proceso es normal que se alejen del núcleo familiar donde siempre se han definido, buscando nuevas definiciones fuera de dicho núcleo.
- Los adolescentes tienen las hormonas en pleno auge debido a las necesidades de su desarrollo y por lo tanto las emociones, cambios de humor, etc. están a flor de piel.
- Los adolescentes necesitan desarrollar su autonomía y, por ello tenderán a cuestionar las normas y la autoridad, es una manera de hacerse cargo de lo suyo.
- Su desarrollo, también contribuye a que se cuestionen todo y necesiten explicación.
Consejos para mejorar la relación con tu hijo adolescente
- Es muy importante entender la etapa por la que está pasando, sus características, necesidades y peculiaridades.
- Acéptalos tal y como son y, sobre todo, procura que ellos se sientan aceptados tal y como son.
- Entiende que ya no son unos niños y que, por lo tanto, no pueden ser tratados como tales. Es fundamental que dejemos de tratarles como niños y aceptemos que se hacen mayores. Podemos guiarles pero para eso necesitamos escucharles.
- Ayúdales a reafirmar su identidad y definirse a sí mismos. Respeta su intimidad y deja que tengan espacio y tiempo para ella.
- Habla con ellos y escúchales. Es fundamental desarrollar una comunicación efectiva en la familia.
- Crea un ambiente y clima de confianza donde se sientan cómodos para poder hablar.
- Critica la conducta en lugar de la persona.
- Evita juzgar o etiquetar.
- Favorece el desarrollo de estrategias de solución de conflictos, para ello ante los problemas o conflictos, trata de usar un método conciliador y democrático. Recuerda que ya están dejando de ser niños y niñas y que no podemos imponer nuestra solución al conflicto, sin dejarles reflexionar sobre ello.
- Aprende a respetar su tiempo alejado de la familia. Recuerda que es normal y que tiene que hacerlo para completar su desarrollo.
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