Las parasomnias infantiles son trastornos del sueño que afectan a un porcentaje significativo de niños. Según un estudio publicado por la Revista Española de Pediatría, alrededor del 30% de los niños experimentan algún tipo de trastorno del sueño. Estos problemas pueden manifestarse de diversas formas, como sonambulismo, terrores nocturnos, insomnio y pesadillas. La reconocida psicóloga y pedagoga infantil María Montessori afirmaba que «el sueño es el alimento del cerebro» y, como tal, es fundamental para el desarrollo y bienestar de los niños.
En este artículo, nuestro objetivo es proporcionar información detallada sobre las causas, síntomas y tratamientos de las parasomnias infantiles, así como ofrecer consejos prácticos para prevenirlas.
Durante el desarrollo del artículo, abordaremos temas como:
- Los diferentes tipos de parasomnias en niños
- Causas y factores de riesgo de los trastornos del sueño
- Síntomas y diagnóstico de las parasomnias infantiles
- Tratamientos y soluciones disponibles
- Prevención y consejos prácticos para establecer rutinas saludables de sueño
Al comprender y tratar las parasomnias, podemos contribuir a un mejor desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños, asegurando un futuro más saludable y exitoso.
Qué son las parasomnias infantiles
Las parasomnias infantiles son una alteración parcial no severa del sueño donde el mismo puede verse interrumpido por un breve período de tiempo.
Estos trastornos pueden provocar comportamientos, movimientos o experiencias inusuales y, en ocasiones, perturbadoras mientras el niño duerme, se encuentra en el proceso de quedarse dormido o al despertar.
Características de las Parasomnias en niños
Las características de la parasomnia infantil son:
- El niño corre por las noches al despertar
- Grita mientras está dormido y luego despierta
- No deja de moverse y dichos movimientos son bruscos al girar en la cama. Luego se despierta
- Pesadillas y terrores nocturnos.
- Sudoración excesiva acompañada de quejidos (no necesariamente el niño recuerde una pesadilla en estos casos)
Causas y Factores de Riesgo
Las parasomnias infantiles pueden ser resultado de múltiples factores, como la genética, el entorno y el estilo de vida. A continuación, exploraremos en detalle las principales causas y factores de riesgo asociados con estos trastornos del sueño en niños.
Genética y parasomnias
La genética juega un papel importante en la aparición de las parasomnias infantiles. Los niños con antecedentes familiares de trastornos del sueño tienen un riesgo mayor de experimentar parasomnias.
Además, ciertos trastornos genéticos, como el síndrome de Prader-Willi, están relacionados con un mayor riesgo de parasomnias. Es fundamental que los padres estén al tanto de los antecedentes familiares y compartan esta información con los profesionales de la salud para que puedan brindar el mejor apoyo y tratamiento posible.
Factores ambientales
El entorno en el que un niño duerme también puede influir en la aparición de parasomnias. Algunos factores ambientales que pueden contribuir a los trastornos del sueño incluyen:
- Ruido: Un ambiente ruidoso puede dificultar el sueño y provocar episodios de parasomnias. Es importante asegurarse de que la habitación del niño sea un espacio tranquilo y silencioso.
- Temperatura: Dormir en una habitación demasiado caliente o fría puede causar incomodidad y alterar el sueño. La temperatura ideal para dormir se encuentra entre 18 y 22 grados Celsius (64 y 71 grados Fahrenheit).
- Iluminación: La exposición a la luz, especialmente a la luz azul emitida por dispositivos electrónicos, puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Es recomendable mantener la habitación oscura durante la noche y limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir.
- Calidad del colchón y almohada: Un colchón y almohada inadecuados pueden generar incomodidad y afectar la calidad del sueño. Es fundamental elegir productos adecuados para la edad, peso y necesidades del niño.
Tipos de Parasomnias infantiles
Durante la infancia se pueden presentar diferentes tipos de parasomnias infantiles.
Trastorno del despertar
Este tipo de trastorno es muy frecuente tanto en adultos como en niños. De hecho se sabe que el 17 % de la población infantil lo padece, mientras que sólo el 4 % de los adultos presenta este tipo de trastorno. Dentro de este el más frecuente es el sonambulismo.
Sonambulismo
El niño con sonambulismo se despierta por las noches camina, habla y hasta puede reírse, o mantener una conversación pero él no recuerda nada al día siguiente de lo ocurrido.
Recomendaciones para padres con niños con sonambulismo
- No despiertes al niño
- asegúrate de que tu hijo estará seguro. Evita que tenga accidentes mientras se despierta sonámbulo
- Si observas que tu hijo se lastima, sujeta sus manos o piernas para evitarlo pero no lo despiertes
- Al despertar el niño, evita contarle todos los pormenores de lo ocurrido. Puedes mencionarle que ha caminado dormido pero si existieron episodios de violencia o gritos él no los recordará, por tanto evita realizar este tipo de comentarios. Si dicha conducta violenta persiste, procura acudir con un profesional
Terrores nocturnos
Características:
- El niño se sienta en la cama
- Grita
- Parece estar desorientado o perturbado
- No reconoce a quienes le rodean
- Taquicardia
- Sudoración extrema
Este trastorno se produce entre uno de los pasos del estado del sueño al otro. Por tanto, desde el punto de vista clínico no tienen consecuencias psíquicas o físicas para el niño. No obstante recomendamos que si los episodios de terror persisten en el tiempo se consulte con un psicólogo infantil para descartar algún recuerdo traumático reprimido.
En estos casos se recomienda lo mismo que se ha expresado más arriba para los niños con sonambulismo.
Trastornos de la transición vigilia-sueño
Estos trastornos se presentan al dormir o al despertar el niño. Dentro de este gran grupo de trastornos podemos encontrar características como:
- Tics
- Arritmia
- Epilepsia
- Espasmos
- Autoagresión
Este tipo de trastorno generalmente desaparece al entrar el niño en la adolescencia.
Somniloquia
Es el trastorno asociado con el habla nocturna. Afecta tanto a niños como a adultos. El porcentaje de niños que lo padece es del 15 %.
No presenta consecuencias graves puesto más allá de los gritos, palabras fuertes, risas, llantos, enojos o peleas imaginarias que ellos puedan tener durante el episodio.
Pesadillas
Estas suelen confundirse con los terrores nocturnos. La diferencia es que las pesadillas transcurren en otra etapa del sueño y aquí no existen movimientos vegetativos (que el en caso de los terrores nocturnos sí se presentan). Por otra parte aquí es posible recordar con todos los detalles lo que aconteció durante la pesadilla, mientras que en el caso de los terrores nocturnos no es posible dicho recuerdo.
Tratamientos y Soluciones
Afrontar las parasomnias infantiles requiere un enfoque integral y personalizado. Existen diversas opciones de tratamiento disponibles, según la naturaleza y gravedad de los síntomas, y las necesidades individuales de cada niño. A continuación, se presentan algunas de las soluciones más comunes:
Terapias conductuales
Las terapias conductuales son a menudo el primer paso en el tratamiento de las parasomnias infantiles, ya que son seguras y no invasivas. Algunas de las terapias más efectivas incluyen:
- Higiene del sueño: Consiste en establecer rutinas y hábitos saludables para dormir, como mantener horarios regulares, crear un ambiente propicio para el sueño y evitar actividades estimulantes antes de acostarse.
- Despertar programado: Esta técnica implica despertar al niño antes de que ocurra un episodio de parasomnia (por ejemplo, antes de un terror nocturno) para interrumpir el ciclo del sueño y prevenir el evento.
- Terapia de relajación: Incluye técnicas como la respiración profunda, la meditación o el yoga, que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, facilitando así un sueño más tranquilo.
Medicación
En algunos casos, el médico puede recomendar el uso de medicamentos para tratar las parasomnias infantiles, especialmente cuando las terapias conductuales no han sido efectivas o los síntomas son severos. La medicación puede incluir:
- Benzodiazepinas: Estos medicamentos, como el clonazepam, pueden ser útiles para tratar el sonambulismo o los terrores nocturnos, pero su uso en niños debe ser supervisado cuidadosamente debido a posibles efectos secundarios.
- Antidepresivos: Algunos antidepresivos, como la imipramina, pueden ser prescritos en casos de enuresis nocturna (mojar la cama) o pesadillas recurrentes.
Es fundamental seguir las indicaciones del médico y monitorizar de cerca la respuesta del niño al tratamiento farmacológico.
Tratamientos alternativos
Existen también enfoques alternativos que pueden complementar las terapias conductuales y la medicación, como:
- Acupuntura: La acupuntura, una práctica de la medicina tradicional china, ha demostrado ser útil en algunos casos de trastornos del sueño, incluyendo parasomnias.
- Hipnoterapia: La hipnosis puede ayudar a los niños a relajarse y afrontar mejor sus miedos o ansiedades relacionadas con el sueño.
Prevención y Consejos Prácticos
Prevenir y abordar las parasomnias infantiles es crucial para garantizar el bienestar y desarrollo adecuado de los niños. Aquí presentamos algunos consejos prácticos para establecer rutinas de sueño saludables y minimizar el riesgo de trastornos del sueño.
Establecer rutinas de sueño
Una rutina de sueño consistente es esencial para ayudar a los niños a conciliar el sueño de manera eficiente y mantener un sueño de calidad durante toda la noche. Algunas recomendaciones incluyen:
- Establecer horarios regulares para acostarse y despertarse, incluso los fines de semana.
- Crear una rutina relajante antes de dormir, como leer un libro, tomar un baño tibio o practicar técnicas de relajación.
- Evitar actividades estimulantes, como el uso de dispositivos electrónicos o juegos, al menos una hora antes de acostarse.
Ambiente adecuado para dormir
El entorno en el que un niño duerme puede afectar significativamente la calidad de su sueño. Para garantizar un ambiente propicio para dormir, es importante:
- Mantener la habitación oscura, tranquila y a una temperatura adecuada.
- Asegurar un colchón y almohada cómodos y apropiados para la edad y necesidades del niño.
- Evitar la presencia de dispositivos electrónicos en la habitación para limitar la exposición a la luz azul.
Controlar el estrés y la ansiedad
El estrés y la ansiedad pueden ser desencadenantes de parasomnias infantiles. Para ayudar a los niños a manejar estas emociones, se pueden aplicar las siguientes estrategias:
- Fomentar la comunicación abierta sobre los sentimientos y preocupaciones del niño.
- Proporcionar un entorno seguro y amoroso en el hogar.
- Enseñar técnicas de relajación y manejo del estrés, como la respiración profunda o la meditación.
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