Hoy hablamos de niños desobedientes, niños a los que hay que repetirle en varias ocasiones «las cosas» para que obedezcan y aún así, en ocasiones desesperan a los padres y educadores. En este artículo tratamos de explicar por qué se producen esas malas conductas y te daremos los mejoras consejos para tratar la desobediencia en nuestros hijos.
Según la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, se calcula que entre el 12 y el 15 % de los niños, presentan problemas graves de desobediencia. Estas conductas generan inconvenientes en el desarrollo del niño, al tiempo que originan problemas en el seno del hogar y del colegio.
Para solucionar este problema es necesario, por supuesto, identificar los problemas de desobediencia que, usualmente, aparecen entre los dos y los tres años de edad del pequeño, entenderlos y trabajar para detenerlos.
¿Sabes por qué razón los niños desobedecen?
Los niños pueden ser desobedientes por muchas razones. A veces, es simplemente porque quieren llamar la atención. Otras veces, puede ser porque están frustrados o enojados con algo. También pueden estar actuando de esta manera porque no entienden lo que se les está pidiendo que hagan. Otros niños pueden ser desobedientes porque simplemente no quieren hacer lo que se les pide.
Son algunas de las razones más comunes por las que son niños desobedientes, aunque hay otras que repasamos:
- Los niños son naturalmente curiosos y quieren explorar el mundo por sí mismos.
- A los niños les gusta hacer las cosas a su manera y no quieren seguir las reglas.
- Los niños a menudo se sienten frustrados cuando se les dice que no pueden hacer algo.
- Los niños tienden a actuar impulsivamente y no piensan las consecuencias de sus acciones.
- A los niños les cuesta aceptar la autoridad de los adultos.
- Los niños a menudo se sienten aburridos y necesitan encontrar maneras de divertirse.
- Los niños aprenden mejor cuando experimentan las consecuencias de sus acciones.
¿Cuándo la desobediencia de un niño puede ser un problema?
Durante el desarrollo del niño, encontramos determinadas etapas donde los niños muestran cierto grado de rebeldía y conductas desafiantes. La mayoría de los casos son comportamientos normales y necesarios para la construcción de su identidad, madurez e independencia. Pero cuando esta actitud rebelde y las conductas que la acompañan se vuelven extremas, intensas y persistentes (al menos 6 meses seguidas) podemos estar ante un problema más complicado el Trastorno Negativista Desafiante.
El trastorno negativista desafiante (TND) es un tipo de conducta desobediente, negativa, no cooperativa y hostil que pueden tener los niños hacia los padres, docente o hacia cualquier figura de autoridad.
El trastorno negativista desafiante suele presentarse desde los 3 años pero se ha visto con mayor notoriedad a partir de los 8 años, o durante la adolescencia. Se caracteriza por una falta de respeto hacia las autoridades, una conducta desafiante y una actitud negativa hacia las reglas. Los niños con este trastorno tienden a ser muy rebeldes y a desafiar las normas y las expectativas de los demás. A menudo se les considera «difíciles« o «problemáticos«.
Características de un niño desobediente
Aunque ya hemos dado algunas pinceladas, te dejamos 7 características o señales que definen a un niño desobediente
1. Un niño desobediente a menudo se niega a obedecer las reglas o seguir las instrucciones.
2. Pueden replicar a los adultos o comportarse de manera desafiante.
3. Los niños desobedientes pueden perturbar la clase o ignorar las figuras de autoridad.
4. Pueden ser agresivos o desafiantes con los demás y, a menudo, no asumen la responsabilidad de sus acciones.
5. Un niño desobediente puede no cooperar y no estar dispuesto a comprometerse o negociar.
6. Pueden resistirse al cambio o a las nuevas ideas y pueden actuar impulsivamente.
7. Los niños desobedientes a menudo luchan por ajustarse a las normas sociales y pueden tener dificultades para seguir las reglas.
Consejos para padres con niños desobedientes
Los niños y niñas desobedientes, están hechos un lío, necesitan seguridad, disciplina y cariño. Ellos están probando pero no saben lo que tienen que hacer, no saben lo que está bien y lo que está mal. El adulto es quien debe aportarles ese conocimiento y darles de esta forma una seguridad, un no todo vale.
A continuación te dejamos algunos consejos eficaces para controlar la conducta en niños desobedientes:
- Ejerce Disciplina positiva, pon límites a determinadas conductas: Los niños y niñas necesitan saber lo que pueden y no pueden hacer. Esto les aporta seguridad. Están aprendiendo como deben comportarse y en determinados momentos no saben cuáles son las conductas y actitudes adecuadas.
Por ejemplo, cuando el pequeño se enfada y pega a otros niños: le diremos claramente “no se pega” y le ofreceremos otra alternativa, para que sepa lo que tiene que hacer “si estas enfadado por algo se lo dices a tu amiguito, le dices lo que quieres o te gustaría”.
- Establece Normas claras, sencillas y consensuadas: Las normas deben ser claras, sencillas y consensuadas por todos. Las normas no deben ser vistas como una imposición, sino como unas reglas que todos debemos cumplir para una convivencia tranquila y feliz. Por ello debemos establecer las normas entre todos. Estas normas también deben ser claras y sencillas, es decir si algo no se puede hacer, no se puede hacer nunca, una norma que a veces es obligatoria y otras veces no lo es, lleva a que los pequeños no la comprendan y piensen que se la pueden saltar.
- Refuerza el buen comportamiento: No solo debemos prestar atención a los niños y niñas cuando nos desobedezcan o se porten mal, si hacemos esto, ellos llamarán nuestra atención con estas conductas.
Es importante señalarles lo que hacen bien, decirles lo contentos que estamos cuando han obedecido y prestarles atención.
- Flexibilidad y autoridad democrática: En importante que los pequeños comprendan el sentido de las reglas, para ello están no deben ser vistas como una imposición porque si. Para ello dialoga con ellos, escúchales y llega a acuerdos. A veces es bueno ceder en algo, les damos capacidad de elección.
Por ejemplo si quiere elegir la ropa que quiere ponerse le dejamos, si quiere elegir la comida o la hora de irse a dormir no le dejamos hacerlo.
- Cuando la norma no se cumpla y el niño o niña desobedezca, actúa rápida e inmediatamente: No entres en discusiones y peleas, simplemente no permitas que se salga con la suya.
Por ejemplo: Le pedimos al niño que apague la tele y vaya a su cuarto a dormir, se niega a hacerlo. Simplemente apagamos la tele y le llevamos a su cuarto. Si llora o se queja, no entramos con él en una discusión o pelea, le decimos que es lo que hay que hacer, le tratamos con cariño y atención, pero no entramos en la lucha.
- Emplea el tiempo fuera en lugar de los castigos: Cuando el niño o niña desobedece y entra en una lucha, está enfadado, intenta salirse con la suya. El no ya lo tiene, y no tiene por lo tanto nada que perder, entrará en confrontación para intentar conseguir el sí cueste lo que cueste.
Debemos intentar que el pequeño se calme. El castigo sólo hará que se enfade más y que nos desespere más a nosotros. Usaremos entonces la técnica del tiempo fuera, le llevamos a un lugar agradable para pensar, donde se sienta a gusto y le facilite de esta forma la relajación. Si se niega, seremos nosotros los que nos vayamos a otro lugar, haciendo el tiempo fuera, le damos ejemplo y nos calmamos también.
- Dale Cariño, y se comprensivo: Debemos comprender la edad y etapa por la que pasan los pequeños, ser conscientes de que están formando su identidad.
No desesperar y entenderles, a fin de cuentas los adultos somos nosotros.