La educación de un niño comienza en el hogar. De eso podemos dar cuenta quienes somos padres. Sin embargo, dicha tarea, sabemos que no es sencilla; requiere de una dedicación constante con paciencia y voluntad.
Sin embargo, cuando educamos en el hogar utilizando diferentes métodos que han dado (y continúan dando) excelentes resultados pedagógicos, es posible que los niños crezcan en un entorno de confianza, seguridad, autoestima positiva y auto-valor. Esto es posible mediante técnicas y juegos que se han ideado, como por ejemplo las perlas Montessori, herramienta con la que todo padre debería contar para la educación de sus hijos en el hogar.
Si bien este método se emplea con frecuencia en escuelas, es posible que cada padre o madre aplique dichos conceptos y prácticas en el hogar, haciendo que el aprendizaje de los niños sea integral. De este modo, podrás adaptar tu hogar con la pedagogía Montessori teniendo muebles, camas, estanterías como también conseguir libros, juegos o regletas de cuisenaire para que tus niños crezcan en un entorno estimulante y que puedan desarrollar todo su potencial.
¿Cómo utilizar el método Montessori en casa?
Tal vez este método te llame la atención, pero no sepas cómo utilizarlo en casa con los niños. En las próximas líneas, te vamos a dar 10 consejos para que puedas utilizar este método de manera continua en el hogar; para que los más beneficiados sean tus hijos y su aprendizaje.
10 Consejos para poder utilizar el método Montessori de manera efectiva
- Permite que los niños exploren su entorno. Los niños aprenden de aquello que les rodea. Por tal razón, ten en cuenta que proveerles un entorno estimulante favorecerá su desarrollo sensorial y cognitivo.
- No les critiques. Es importante que los niños no se sientan criticados con lo que hacen, para que puedan expresar todo su potencial creativo.
- Elógialo regularmente para que aprenda la importancia del auto-valor y le ayudes a formar una personalidad positiva.
- No le retes frente a extraños. Hay un refrán que dice “se elogia en público y se reprende en privado”. Utilízalo para poder criar a tu hijo sin que esto afecte su autoestima.
- Acepta las ideas y opiniones que tenga. Puedes o no estar de acuerdo con los que dice tu hijo, pero es importante que le des su espacio y tiempo para que se exprese. Alienta a que opine con respeto pero siempre expresando su punto de vista.
- Escúchalo y respóndele cuando te esté preguntando algo. No evadas sus preguntas, ni respondas utilizando respuestas inciertas o complejas. Intenta ser claro en las respuestas y breve a la vez. Si te ha preguntado algo específico, responde aquello que te ha preguntado, pero evita completar la información más allá de lo que te ha preguntado, ya que esto podría desconcertar al pequeño.
- Abraza a tu hijo tantas veces lo desee. Los niños tienen sus momentos y formas de expresar su amor. Generalmente un bebé o niño pequeño pida que lo alces para sentirse seguro. En ese momento, es importante que dejes a un lado lo que estás haciendo y respondas a la demanda de tu hijo/a.
- Si ha cometido un error, no le grites. Respeta a tu hijo y habla con él, mostrando tu enojo. Aunque no lo creas se puede expresar mucho más con un cara de enojo, un ceño fruncido y una voz firme que con un grito.Tu hijo lo entenderá ¡Créeme!
- Intenta hablar con tu hijo/a de una forma calmada y serena. Muchas veces los padres nos encontramos atravesados por muchas cosas y es posible que no les hablemos con la calma que los niños necesitan. Evita hablar en un momento de descontrol.
- Comparte con tu hijo tiempo de calidad. A menudo, el tiempo no es algo que tengamos de sobra los adultos. Por eso, es mejor compartir tiempo de calidad (y no de cantidad) con ellos. Si has de estar una hora con los niños, escúchalos, comparte con ellos y juega SUS juegos. Utiliza herramientas que puedan ayudarte a desplegar su potencial, como las de la pedagogía Montessori. Deja el celular, televisión, Tablet, notebook o cualquier otro dispositivo y abócate a construir con ellos un espacio que, sin duda, será fundamental para su constitución psíquica saludable.