
A esto se une la costumbre de que los primeros cursos de Primaria nadie los quiere y la tutoría de estos cursos se elige por el “pedagógico” criterio de “Primero, para el último que llegue”. Siempre existen grandes y honrosas excepciones, claro está. Muchos niños no hacen problema de este cambio y lo afrontan con serenidad. Otros, sin embargo, sí que lo padecen con cierto estrés.
Lo mejor desde mi punto de vista es seguir los siguientes consejos:
– Si el niño se muestra preocupado por este tema, ayúdele a contar lo que le pasa y lo que le preocupa. Hágalo sin criticar ni juzgar sus sentimientos.
– Destierre expresiones del tipo “Te vas a enterar ahora cuando empieces Primero”, no ayudan en absoluto a mejorar el comportamiento o la actitud del niño.
– Anticípele los acontecimientos de manera realista: vas a estar con tus mismos compañeros, vas a estar en el edificio o planta de los chicos mayores, aprenderás más cosas, aunque tendrás que dedicarle un poquito de más tiempo y esfuerzo.
– Háblele de la nueva etapa con mensajes de ilusión, de posibilidades y oportunidades, no como una amenaza.
– Es un buen momento para reforzar su autoestima, con mensajes positivos sobre sus posibilidades y capacidad de afrontamiento.
En los primeros días, relativice las impresiones del niño, tanto si son muy positivas (la maestra es muy buena y me lo voy a pasar muy bien) como si son negativas y el niño se angustia al contactar con la realidad. Es una buena oportunidad para que el niño aprenda que el control de la situación, depende en gran medida de su actitud y decisión.
Autor: Jesús Jarque García
Enlace: http://educapeques.com/blog
Me ha parecido un artículo muy interesante.Gracias.