El nacimiento de un hermano puede provocar en el niño el llamado ‘síndrome del príncipe destronado’, es decir, la aparición de celos hacia el hermano recién llegado.
un niño tiene cuando experimenta la sensación interna de haber perdido el lugar que tenía en la familia. Conviene entender que los celos son naturales entre los niños y entre hermanos hasta el punto de que es muy difícil, reducirlos al mínimo. La relación entre hermanos tiene muchas peculiaridades que son diferentes a las de la amistad.
Que signos de alerta podemos encontrar:
- En la mayoría de ocasiones manifiestan que quieren volver a ser más pequeño, ya que piensan que de esta forma recibirán la atención que tiene el bebé.
- Comparan constantemente el cariño que tienen sus padres hacia el hermano con el que cariño que le muestran a él,
- Los celos y la envidia hacen que, a veces, traten al hermano del que sienten celos con cierta indiferencia, incluso ignorándolo.
- En el colegio su rendimiento escolar baja, desobedecen a los profesores para llamar la atención en clase o intentan hacerse amigo de ellos para ganarse el afecto y así ser “el preferido” en la clase.
- A veces, también pueden mostrarse agresivos ante algún compañero de su edad o más pequeño e, incluso, frente a los padres, para así obtener el “tiempo” y “atención” que antes tenían de ellos, aunque ahora sea con regañinas y castigos.
Algunos niños que no han tenido celos con la llegada de un nuevo hermano, comienza a sentirlos cuando éste va creciendo. Ya no se pasa todo el día durmiendo, sino que empieza a andar, hablar y acaparar más la atención de los mayores.
Algunas indicaciones útiles para el manejo adecuado del ‘síndrome del príncipe destronado’ son:
- No castigar, gritar o enfadarse con el hijo mayor por mostrarse celoso.
- Antes del nacimiento del hermano, preparar al niño explicándole lo que va a suceder y anticiparle lo que va a implicar esa novedad.
- Es importante insistir en la explicación de que se le va a querer igual y que no va a perder el amor y la atención de sus padres.
- Evitar, en la medida de lo posible, que otros cambios significativos en la vida del niño, vivienda, colegio, es mejor mantener sus rutinas inalterables
- No utilizar comparaciones ni fomentar la competencia entre hermanos. Procurar crear un clima de buena relación entre ambos, enseñarles a cooperar y compartir, otorgándole al mayor alguna tarea relacionada con el cuidado del bebé (ayudar a bañarlo o cambiarlo,…) y estimular con expresiones positivas los acercamientos (ej. “Qué bien lo cuidas”).
- Siempre se deben elogiar los gestos de generosidad hacia su hermano, así como fomentar proyectos comunes que le puedan ilusionar. Explicarle también las ventajas de ser el hermano mayor, especificándole, por ejemplo, los privilegios o las cosas que él ya puede hacer puede servir también de ayuda para sobrellevar la situación.
- Avisar a los familiares y amigos que le presten también atención en sus visitas.
Fuentes: http://www.mapfre.es, http://elmundovistodesdeabajoinfantil.blogspot.com.es, http://www.padresonones.es