Es muy frecuente la duda de si es bueno, o no, el uso de premios para motivar a nuestros hijos, y a continuación os ayudaremos a saber hasta qué punto es bueno y cuando no.
Lo que debéis saber sobre los premios para motivar
Claramente, hay diferentes tipos de premios o recompensas que son utilizados para motivar a los pequeños a hacer algo o a actuar de determinada forma, sin embargo, o que debemos tener claro desde el principio, es que la motivación material, en realidad, no ayuda a educar, y que los efectos que dejan los premios son poco duraderos.
Lo queremos dejar claro con el anterior párrafo es que los premios materiales no conseguirán que los pequeños cambien actitudes a largo plazo, sino que estarán motivados únicamente por el premio que recibirán, así que después de recibirlo, simplemente volverán a hacer lo que hacían antes.
Si premias a vuestros hijos con dulces, juguetes, cualquier objeto que deseen, únicamente estaréis promoviendo en el consumismo y el materialismo, lo cual, no está para nada bien, y adicionalmente no lograreis un verdadero cambio en el.
Las recompensas o premios que si educan y motivan a verdaderos cambios, son aquellos basados en el amor, el cariño y el tiempo.
3 formas para utilizar correctamente los premios para motivar
- Podéis establecer un sistema de puntos de semanales, entonces por cada cosa que el pequeño haga de buena manera le asignareis un puntaje, al final de la semana obtendrá una recompensa (no material) según sus esfuerzos, por ejemplo, el titulo de campeos de la familia o algo similar. Estos son estímulos no materiales que pueden ayudarlo a realizar actividades correctas siempre.
- No establezcáis premios materiales por determinadas actividades, es decir, -por ejemplo- no le digas a tu hijo “Si le prestas tus juguetes a tu compañero te compraré un helado” sino, que deja el pequeño tome la decisión de si lo hará o no, -sin ningún estímulo de por medio- y si lo hace correctamente, podéis premiarlo con una felicitación y un abrazo.
- Podéis sorprender a tu pequeño con algún regalo – de vez en cuando- por haber hecho algo bien, como sacar las mejores notas del salón, puede ser por ejemplo una ida al parque con papa, poder usar un rato más juguete preferido o incluso podéis comprarle algo que quiera hace tiempo. Lo importante es que no permitáis queso pase siempre, que no se vuelva una costumbre, pues cuando no vea una recompensa entonces se sentirá decepcionado.
Los premios para motivar siempre y cuando no sean materiales siempre, pueden ser muy beneficiosos y ayudar a educar correctamente a los pequeños, pero debéis tener cuidado de no pasar la delgada línea entre los premios por todo y los estímulos reales.
Espero que estos tres consejos os ayuden a incentivar de forma correcta a vuestro pequeño y así consigas que su comportamiento sea cada día mejor, pero de forma real, y no solo por conseguir una recompensa.
Recordamos el post anterior donde hablábamos de este mismo tema, pero desde el punto de vista del castigo para motivar a los niños