A diferencia de otras características de carácter que son innatas en el ser humano, la paciencia debe enseñarse y fomentarse mediante hábitos y comportamientos durante cierto tiempo. Esto sucede especialmente en los más pequeños, dado que la tolerancia y paciencia se vinculan con el control de las emociones. En este artículo te daremos los mejores consejos para enseñar a tu niño a tener paciencia.
La paciencia es un atributo que es regulado por el lóbulo frontal, por lo que es de suma utilidad para las funciones ejecutivas.
No obstante, este lóbulo no termina de desarrollarse sino hasta la adolescencia. Por esta razón, resulta indispensable enseñar a tu peque desde los 3 años a tener paciencia.
¿Cómo enseñar a tu niños a tener paciencia?
El control de las emociones (como mencionamos más arriba) tiene relación con el sistema límbico y con la corteza frontal. La falta de regulación o de control de la paciencia genera en los más pequeños intolerancia y frustración, sentimientos que sería mejor evitar, especialmente si se encuentran relacionados con el aprendizaje escolar.
A continuación te ofrecemos 7 consejos eficaces para enseñar a tu hijo a tener paciencia:
El ejemplo, ante todo
Aunque parezca un tip un poco evidente, es completa y absolutamente cierto: los niños aprenden más de lo que ven, que de lo que les decimos. Esto implica irremediablemente que deberás adquirir hábitos de paciencia para poder enseñarle al niño a que sea paciente.
Al hablarles trasmite calma y serenidad y si en algún momento no dices las cosas con calma, aprende a pedir disculpas. Tu hijo te lo agradecerá.
Establece pequeños tiempos de espera
Si queremos que un niño pequeño adquiera paciencia, no es prudente que de un momento a otro esperemos que él o ella aprenda tras tener que esperar un tiempo prolongado. Por el contrario, esperar períodos cortos, es lo mejor. Por ejemplo: “al terminar la cena, podrás comer el postre”.
Utiliza palabras afirmativas y no negativas
Esto tiene un gran poder desde las neurociencias. Evita frases negativas. Siguiendo el ejemplo anterior: “si no te comer la comida, no tendrás postre”. Por el contrario, emplea siempre palabras afirmativas: “cuando termines la cena, podrás comer postre”. Eso ayuda a que el cerebro de los más peques entienda que tú deseas que ellos coman la comida. Es decir, etas dando un mensaje claro y asertivo.
Mantener la calma ante la intolerancia
Una de las cosas más difíciles como adultos, es mantener la calma en el preciso momento en que nuestro peque está siendo intolerante o ansioso. Sin embargo, esta será una especie de prueba de fuego que deberás pasar. Y para esto, te sugerimos el punto siguiente:
Aplica diferentes técnicas de relajación
No es necesario estar muy instruido para poder aplicar una simple técnica de relajación. Recuerda que lo más importante es enseñarles a los niños la importancia de la paciencia que no es, ni más ni menos, que el tiempo que trascurre entre lo que queremos que suceda y lo que realmente sucede. Para esto, puedes usar la técnica de relajación del globo. Esta consiste brevemente en imaginar, junto con el niño, que es un globo que se infla. Mientras se infla el globo, se inhala aire hasta llenar los pulmones. Luego de unos instantes y muy lentamente, el globo se desinfla (mientras exhalamos completamente).
Hacer esta técnica 3 veces seguidas, te ayudará a que el niño logre volver a los niveles de calma, pero es preciso que lo hagan de manera conjunta y que te esté prestando atención mientras le pides que haga la técnica contigo.
Cumplir con lo que prometes
Si el niño ha logrado la meta propuesta, entonces es importante cumplir. Por eso, resulta indispensable pensar en la recompensa prometida para que esta no sea demasiado excesiva o difícil de alcanzar por parte del niño, ni demasiado costosa o imposible para los adultos. Por ejemplo, si le dices a tu peque: “cuando termines de comer la comida, iremos a DisneyLandia” (salvo que esto sea justamente cierto), será una promesa difícil de sostener luego, lo que te dará falta de credibilidad para el futuro.
Asegúrate de premiar su paciencia
Ante un acto de paciencia (aunque sea breve), reconoce y celebra el logro de tu pequeño. Bastará con el que hables o digas con cariño que “estas feliz por sus logros”, para que esto le sirva como motor o impulso hacia momentos futuros.
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María Eugenia Daney @escuelaenlanube Foto de Keira Burton: https://www.pexels.com/es-es/foto/frustracion-nino-ansioso-descompostura-6624327/