Los humanos somos por naturaleza seres sociables, esto implica que nuestro comportamiento debe ser cooperativo, durante la mayor parte de las actividades que desarrollamos. La convivencia es la acción de compartir cotidianamente con otras personas diferentes a ti, es decir, es el hecho de vivir en compañía con otros individuos con respeto y consideración.
Un par de ejemplos de convivencia están tu hogar o tu centro de estudios, en dónde interactúas constantemente con familiares, vecinos o compañeros, maestros y el resto del personal que pueda laborar allí.
En este interesante y actual post, te daremos las claves para que aprendas sobre la empatía como secreto de la convivencia.
¿Qué es la empatía?
Podemos hacer la definición de empatía, como la habilidad que nos permite entender y compartir los sentimientos de los otros y su forma de pensar, sin juzgarlos y sin necesidad de tener que estar de acuerdo con su forma de proceder.
Los estudios antropológicos, psicológicos y sociales, han evidenciado que el ser humano necesita convivir con los demás miembros de su especie a lo largo de su vida, para satisfacer sus necesidades materiales y mentales.
Por esta razón vivimos en sociedad y para que la convivencia sea funcional, es necesario aprender las habilidades sociales o desarrollar la sociabilidad, como una característica muy importante de la personalidad.
Por lo tanto, la convivencia consiste en saber relacionarse con los demás, o tener empatía, de manera que la convivencia sea lo más agradable o lo menos desagradable a medida de las posibilidades.
El secreto para una convivencia sana es la empatía
La sociabilidad se apoya en el conocimiento y dominio de la manera propia de ser y del conocimiento de la manera de ser de los demás. Por lo tanto, el secreto para una convivencia sana es la empatía.
Un elemento que es fundamental y general en la manera de ser de las personas, es la afectividad y su intensa relación con la razón y la voluntad. Por esto, es muy importante tener empatía y tratar de entender el funcionamiento de la afectividad propia y ajena.
Un refrán que suele ser muy dicho, es que: “Es muy difícil entender a los demás si uno no se entiende antes a sí mismo”. Por eso, es muy importante que comprendamos cómo funciona nuestra propia afectividad, para poder esforzarnos a que funcione bien.
Cuando llegamos a conocernos, estamos en disposición de entender cómo funciona la afectividad en los demás.
Esta disposición nos permite relacionarnos de la mejor manera con el resto de las personas y poder mantener una excelente convivencia familiar, de tal manera que podemos minimizar los conflictos y conseguir que la convivencia sea agradable e incluso, se puedan perseguir objetivos comunes, aun cuando pensemos diferente.
¿Cómo se relaciona el afecto con la empatía?
Se define como afecto, a la acción por medio de la cual una persona le demuestra su amor o cariño a otra o varias personas.
Aunque conozcamos los afectos que siente otra persona, no tiene que significar que los entendamos ni mucho menos que compartamos lo que sienten. Entender los afectos de otra persona, implica saber la causa y las consecuencias de ese afecto.
Llamamos empatía a la capacidad para entender la afectividad de los demás, de ponerse afectivamente en su lugar, de tal manera que podemos percibir lo que ellos sienten y saber la causa y las consecuencias de sus sentimientos.
La empatía es una habilidad de índole afectivo-intelectual, que se desarrolla con la práctica y supone la concurrencia automática de varios fenómenos psicológicos, como:
- El interés por la manera de ser y estar de los demás
- El conocimiento de las reglas generales del funcionamiento de la afectividad
- El conocimiento del lenguaje corporal de los diferentes afectos y de su intensidad
Además de la deducción lógica de la causa de ese afecto, a partir de la manera de ser de la persona y de sus circunstancias, el conocimiento de las consecuencias que el afecto está produciendo en su vivencia interior y en su comportamiento exterior y la capacidad de compenetrarse con el afecto que están sintiendo los demás que se denomina sintonía afectiva.
Estimulando la empatía en los niños, será más fácil poner normas en la casa que aporten a la buena convivencia.
Cómo funciona la empatía en las personas según su carácter
Las personas que habitualmente tienen un estado afectivo positivo, son capaces de ponerse en el lugar de los demás. Este estado positivo deriva del conocimiento de nuestro propio ser.
Por el contrario, las personas egocéntricas o que son muy centradas en sí mismas, les resulta muy difícil empatizar con los demás.
Las personas egocéntricas, tienen la tendencia de tener sentimientos negativos que reclaman toda su atención, con la finalidad de hacer algo por prevenirlos o evitarlos.
Esa tendencia produce una actitud defensiva que los distancia de los demás, a quienes generalmente culpan de ser los causantes del daño que produce sus afectos negativos.
De esta manera, la empatía requiere del conocimiento de cómo funciona la propia afectividad. Desarrollar la empatía es una herramienta poderosa, para fomentar la inclusión y la cultura de paz en las escuelas; porque ayuda a que los estudiantes entiendan mejor las necesidades y las circunstancias de otras personas.
La empatía nos permite:
- Promover la inclusión y excluir la indiferencia
- Entender y respetar las necesidades y los sentimientos de otras personas
- Actuar adecuadamente frente a las emociones propias y las de los demás
- Esforzarnos por entender los sentimientos, actitudes y circunstancias que afectan a otros
- Actuar y reaccionar teniendo en cuenta los sentimientos y necesidades de otras personas
Los efectos de la empatía en la escuela
Es difícil entender cualquier sociedad sin la diversidad, el pensamiento y las diferentes actitudes de las personas nos enriquecen y ayudan a la evolución del pensamiento.
Es importante enseñar sobre la diversidad es las escuelas, para generar la empatía y el sentido común que todas las personas somos diferentes y que no existe un estándar.
- Los efectos de la empatía en la escuela se reflejan en el resto de las actividades sociales de los niños, la empatía mejora las relaciones sociales, aumenta la inclusión y fomenta una cultura de paz.
- La colaboración y el respeto hacia el pensamiento ajeno, es estrictamente necesario para un buen ambiente en la escuela y en el hogar.
Es importante hacer entender, que la empatía no es sinónimo de amistad, pero sí de respeto y de buena convivencia.
Si un niño es capaz de comprender e internalizar, cómo se siente un compañero si es agredido física o psicológicamente, no recurrirá a la violencia ni al acoso para relacionarse con el resto.
La empatía mejora la relación entre los integrantes de la convivencia, es esencial y crea ambientes seguros para aprender.
la empatía es importante para la convivencia y fomenta las buenas relaciones entre docentes y estudiantes.
Cuando se aprende a sentir empatía, tenemos como resultado que se reduce el tiempo que se emplea para resolver conflictos, se amplía el tiempo para el aprendizaje y se motiva el trabajo en equipo.