Hoy hablamos del estrés infantil, vivimos en una sociedad donde todos tenemos poco tiempo, elevadas exigencias y la necesidad de llegar más de nuestros propios límites. Vivimos en una sociedad donde el estrés y la ansiedad se extienden a gran velocidad mientras permanecemos agobiados e impasibles. Pero esta tendencia se extiende a la infancia, encontrándonos habitualmente con niños estresados, con sobrecarga de tareas, de actividades, sin tiempo para aburrirse y con elevadas exigencias.
Niños estresados. Estrés infantil
El estrés es una reacción del organismo en situaciones en las que las demandas son elevadas que nos permite funcionar a un elevado ritmo. El estrés por lo tanto puede ser bueno en momentos concretos, pero no de manera prolongada. El estrés, intenso y prolongado puede ser muy perjudicial para las personas pero en especial para los más pequeños.
El niño que vive con continúa tensión, no tiene tiempo de parar, de pensar ni de ser. Son niños que crecen con una tendencia constante a activarse, en su cerebro se incrementan los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y se generaliza ese equilibrio hormonal, de manera que cuando queremos que se relajen no podrán hacerlo.
Consecuencias del estrés en niños
El estrés es muy perjudicial para los niños.
- ▶️ Se altera el equilibrio químico del cerebro, cuando el nivel de activación es elevado de un modo continuado.
- ▶️ Serán niños nerviosos y alterados, que difícilmente se relajen.
- ▶️ No tendrán tiempo para jugar, ni para explorar por lo que se verá alterado su desarrollo emocional y afectivo, así como el desarrollo de la identidad.
- ▶️ Estarán acostumbrados a tener algo que hacer siempre y tenderán a desorientarse cuando no tengan nada que hacer.
- ▶️ Pueden llegar a ser dependientes y tener dificultades para tomar decisiones, ya que no tienen tiempo para ello.
- ▶️ El estrés además puede tener consecuencias que afecten a los niños a largo plazo, favoreciendo la aparición de otros trastornos del estado de ánimo y síndromes crónicos.
5 Consejos para educar a los niños sin estrés
Es un muy importante devolver a la infancia su esencia y su sentido, es esencial ayudar a nuestros pequeños a crecer sin estrés.
- ✅ Empieza por analizar tus costumbres y tu ritmo de vida, cuida tu estrés ya que puedes estar contagiando tu activación a los niños.
- ✅ Presta atención a la agenda y tareas de los niños, no se trata de que no hagan nada, pero sí de que no vivan con un horario completo. Se trata de dejar huecos para no hacer nada.
- ✅ Es importante que los niños aprendan a aburrirse y a entretenerse cuando estén aburridos, no necesitan estar entretenidos todo el tiempo. Podemos pensar que si están entretenidos se portarán mejor, pero eso es un error, ya que si así lo hacemos cuando no estén entretenidos no sabrán autocontrolarse.
- ✅ Practica técnicas de relajación y de meditación con ellos. En la sociedad en la que vivimos enseñarles a conectar con su presente, con el aquí y el ahora será una herramienta muy poderosa.
- ✅ Favorece las actividades al aire libre, ya que reducen el estrés y contribuyen a un desarrollo sano.

20 Consejos para una madre estresada
¿Eres una madre estresada? ¿Estás harta de perder los nervios, de sentirte al límite y de vivir con sensación de culpabilidad? Asume de una vez que no eres una madre perfecta (y que tus hijos tampoco lo serán) y toma nota de estas 20 claves para educar sin estrés y no dejarte llevar por la ansiedad.
- No permitas que el éxito escolar te obsesione. Tus hijos se sentirán presionados y tú con sobrecarga emocional. Subraya siempre lo que hacen bien. Por ejemplo, si han sacado mala nota en Lengua pero muy buena en Matemáticas, recalca esto último. Mejorarás su autoestima y allanarás el camino de su éxito personal. Si te quedas en lo negativo, les hundirás.
- Ponle metas alcanzables y acordes a su edad y a su personalidad. Casi todos los adolescentes dejan de prestar atención más allá de 45 minutos. Y si tienen entre 8 y 12 años, no más de 30. Superada esta barrera, el interés y la concentración decaen. Apuesta por el tiempo de calidad porque, a veces invirtiendo poco se puede ganar mucho.
- El esfuerzo y la perseverancia son claves. Y esto vale tanto para el juego y el deporte como para la lengua, las matemáticas o el inglés. La felicidad de estar en la cima es directamente proporcional al esfuerzo que costó alcanzarla. Anímales sutilmente a seguir. Te lo agradecerán eternamente.
- No todos los niños son iguales y, por tanto, no aprenden de la misma manera. Unos tienen memoria visual y otros auditiva. Si están entre los primeros, potencia la lectura. Si entre los segundos, la escucha en clase y la repetición en voz alta. Sus puntos fuertes arrastrarán a los débiles.
- Si el momento de hacer los deberes se ha convertido en una pesadilla, puedes delegar. ¿Por qué no contratas a una estudiante como profesora particular? Por poco dinero ganarás las tardes para ti (o vosotros, que falta os hace).
- Si le has dicho que le vas a castigar y luego no lo haces, pensará que no cumples tu palabra. Mantén tu posición y muéstrate firme aunque te cueste. Los límites son necesarios para su madurez. Y olvídate de los castigos imposibles que ni tú misma te crees, tipo: “Voy a apagar la tele para siempre”… Apúntate al realismo con un sencillo “esta tarde no sales” o “esta semana no tienes móvil”. Tú sabes, mejor que nadie, lo que les duele perder. Útilizalo sin actritud y no te olvides a la primera de cambio.
- Negociar te puede sacar de muchos apuros. Saca tu lado más diplomático. Cambia habitación ordenada toda la semana por sesión de cine el sábado, o mesa recogida a diario por un viaje a fin de mes. La recompensa les motivará y hará que se habitúen a la responsabilidad y el trabajo.
- Relaja las reglas el fin de semana y durante las vacaciones. Es un premio para todos y te lo agradecerán. Si los días laborables han llevado una dieta equilibrada, no pasa nada por que el sábado se abandonen a las patatas fritas y el refresco. Si no se lo prohíbes tal vez nunca tengan interés en ello.
- No puedes librar guerras en todos los frentes. Elige un terreno en el que no vas a bajar la guardia y muéstrate más relajada en los demás. Por ejemplo, reserva tus energías para su rendimiento escolar y sé más flexible con la alimentación, las horas ante el televisor o las salidas a la calle. O viceversa.
- No dejes que las pantallas entren en su habitación. Son amigas de la pasividad y el ensimismamiento. Colócalas en los espacios comunes. Evitarás que se aíslen y controlarás su uso. Si es necesario negocia: una hora de ordenador o televisión por una hora de deporte o actividad artística.
- No caigas en la tentación de dejarles navegar por internet antes de los 12 años. No están preparados y es como dejarles solos en la gran ciudad. En todo caso acompáñales y ayúdales a buscar. Aunque no lo sepan, te necesitan.
- La casa es de todos pero su habitación es ¡suya!. No entres a curiosear, colocar sus cosas o tirar lo que, en tu opinión, no vale. Se sentirá invadido. ¿Qué tal si les cedes una pared para que pinten y cuelguen lo que quieran? Será su espacio de expresión y libertad.
- El aburrimiento es un terreno abonado para la creatividad. Si tu hijo juega solo en un rincón, no le llames ni le busques rápidamente una actividad. No quieras rentabilizar su tiempo al máximo. La soledad enseña a sentir deseo, elaborar estrategias y desarrollar su imaginación.
- No pretendas que sean políglotas, artistas y unos “cracks” del deporte. Apuntarles a inglés, teatro, piano y fútbol puede ser demasiado. También necesitan descansar y aprender a gestionar su tiempo libre. La mayoría de expertos creen que es más importante que los hijos estén con los padres que cualquier actividad extraescolar.
- ¿Eres una gran lectora y deseas ardientemente que tus hijos también lo sean?. Deja que ellos escojan sus lecturas. No pasa nada porque combinen Stevenson o Tolkien con tebeos y revistas. Reserva siempre un lugar para ellos en la biblioteca, y comenta lecturas, periódicos o revistas.
- Los niños se fijan más en lo que haces que en lo que dices. El clásico “predicar con el ejemplo”. Si te ven feliz en una exposición, un concierto o con un libro en la mano, ellos también querrán hacerlo. No juegues a ser la eterna profesora ni conviertas cualquier salida en una rigurosa visita pedagógica.
- Aprovecha cualquier momento cotidiano para abrir su mente. Las canciones de sus grupos favoritos son perfectas para aprender inglés; los viajes que hacéis en familia, para la geografía; los libros, para la lengua y la literatura; y las salidas al campo o visitas al zoo para la biología. No todo está en los libros o en internet. Demuéstraselo.
- Con los niños y adolescentes es cuestión de método. De nada sirve que estés encima, atendiendo sus deberes. Dirige tus esfuerzos a que aprendan a planificar su tiempo. Así conquistarán (y disfrutarán) su autonomía.
- Enséñales a alejarse de vosotros poco a poco para evitar que un día huyan de repente. Que vayan conquistando su libertad poco a poco. A los ocho años pueden bajar a comprar el pan si la tienda debajo de casa, a los 10 ir a casa de un amigo, a los 14 solos al cine… Confía en ellos.
- Nunca te anticipes a sus preguntas y necesidades. Espera paciente a que lleguen y ofrece respuestas adecuadas. En cuestiones sexuales, muéstrate abierta y dialogante, y respeta su intimidad. Ofrécele libros sobre el tema. Que sepa que no te inmiscuyes pero que tampoco eres ajena a sus asuntos
Ángeles Castillo – Mujer Hoy Fuente: http://www.thefamilywatch.org
20 Consejos para una madre estresada Clic para tuitearLa manera de afrontar el estrés incide en nuestra salud física
Contrariamente a la creencia popular, las situaciones estresantes no causan problemas de salud. Es la reacción de la persona a esos factores estresantes la que determina si va a tener consecuencias negativas para su salud.
Una investigación muestra que la forma en que una persona reacciona a lo que sucede en su vida predice sus condiciones de salud en 10 años, independientemente de su estado de salud actual. Por ejemplo, si tienes un montón de trabajo que hacer hoy y eso te pone de mal humor, entonces es más probable que sufras consecuencias negativas para tu salud dentro de 10 años que alguien que también tiene un montón de trabajo que hacer hoy, pero eso no le molesta.
En la investigación se estudió la relación entre los eventos estresantes de la la vida diaria, las reacciones de la gente a esos eventos y su salud y bienestar 10 años después.
En concreto, los investigadores encuestaron a 2.000 personas por teléfono todas las noches durante ocho noches consecutivas con respecto a lo que les había sucedido en las últimas 24 horas. Les preguntaron en qué habían invertido el tiempo, sus estados de ánimo, su salud física, la productividad y los eventos estresantes que habían experimentado, como estar atrapados en un atasco de tráfico, tener una discusión con alguien o cuidar a un niño enfermo.
Los investigadores también recolectaron muestras de saliva de las 2.000 personas en cuatro momentos diferentes de esos ocho días para determinar las cantidades de la hormona del estrés, el cortisol.
Esto lo hicieron hace 10 años.
El equipo ha concluido que las personas que afrontan mal el estrés diario son más propensos a sufrir problemas crónicos de salud, especialmente artritis y problemas cardiovasculares.
“Me gusta pensar en las personas separándolas en 2 grupos“, dijo uno de los investigadores:
1) “La gente de velcro”, los factores estresantes se pegan a ellos, se sienten molestos y, al final del día, todavía están de mal humor.
2) “La gente de teflón”, los factores de estrés se deslizan junto a ellos sin afectarles.
Son las “personas velcro” las que acaban teniendo problemas de salud en un futuro.
Según Almeida, uno de los investigadores, ciertos tipos de personas son más propensas a experimentar estrés en sus vidas:
1) Las personas más jóvenes, por ejemplo, tienen más estrés que las personas mayores.
2) Las personas con mayores habilidades cognitivas tienen más estrés que las personas con menores habilidades cognitivas.
3) Las personas con niveles más altos de educación tienen más estrés que las personas con menos educación.
“Lo que es interesante es ver cómo esta gente hace frente a los factores estresantes. Tenemos que encontrar la mejor manera de gestionar el estrés”, dijo Almeida.
Un artículo escueto y repleto de contenido para reflexionar. Muchas gracias por compartirlo, Ángel.
Hola, esta entrada me ha parecido super interesante, especialmente porque al educar a veces nos sabemos como canalizar nuestra ansiedad con nuestros peques y entonces es cuando las complicaciones comienzan. Me gustaría saber si puedo compartir este post en mi blog, pero en partes, es decir por semana ir colocando un consejo para ir asimilando dia a dia con mis lector@s cada uno de ellos y hacer una especie de mini-taller, claro con el debido link a este post y las menciones correspondientes. Muchas gracias por compartirlo. Y en espera de tu respuesta. Gracias.