Dentro de los trastornos del aprendizaje más conocido están las dislalias, según estadísticas recientes, aproximadamente el 5% de los niños presentan dislalia y la mayoría de ellos son niños varones. La dislalia infantil es un trastorno del habla muy común que se produce durante el desarrollo del lenguaje, hoy abordamos la dislalia, su causa, características, prevención y soluciones.
Qué es la dislalia infantil
La dislalia es un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la dificultad para producir ciertos sonidos. Afecta tanto a la articulación de los fonemas como al ritmo y al tono del habla. La dislalia puede ser leves o graves, y puede afectar a un solo sonido o a varios. La dislalia puede ser un trastorno aislado o puede estar asociado a otros trastornos del lenguaje o del desarrollo.
Ejemplo de dislalia
A menudo, las personas con dislalia tienen dificultad para pronunciar los sonidos «s« y «sh«, lo que puede hacer que sus frases suenen como si estuvieran juntas. Otras personas pueden tener dificultad para pronunciar los sonidos «t« y «d«, lo que puede hacer que sus frases suenen como si estuvieran separadas.
Un ejemplo de dislalia es pronunciar «tes» en vez de «tres» o «pego» por «perro», también es común decir «animina» por «adivina» o «loto» por «loro»
La dislalia puede ser frustrante para los niños y sus familias, pero con el tratamiento adecuado, la mayoría de los niños pueden mejorar significativamente su habilidad para hablar con claridad
Tipos de dislalias
Hay diferentes tipos de dislalias en niños, las podemos agrupar en 4:
- Fisiológicas: Este primer tipo de dislalia se debe a la inmadurez de los órganos del habla, se da cuando los niños son pequeños, puede ser reversible salvo que siga sucediendo después de los 4 años de edad, en ese caso consultar con un especialista.
- Audiógenas: Se debe a problemas auditivos, lo que impide que el niño pueda tener la facultad de expresarse de forma normal.
- Funcionales: Es el más común, se debe a un defecto de la articulación del lenguaje que se origina a causa de un anormal funcionamiento de los órganos periféricos del habla.
- Orgánicas: También conocidas como disglosias, se dan cuando los fallos de la pronunciación se asocian a defectos de los órganos que intervienen con el habla.
Causas de la dislalia en niños
- Las dislalias pueden deberse a diversas causas, entre las que se encuentran las anatómicas o funcionales.
En el primer caso, la dislalia anatómica, se trata de un trastorno del habla causado por una anomalía en la estructura del aparato fonador, como una disfunción del paladar, del velo del paladar o de las cuerdas vocales.
En el segundo caso, la dislalia funcional, se produce por una alteración del funcionamiento del aparato fonador, que puede ser debida a un trastorno del neurodesarrollo, a una lesión cerebral o a un trastorno del movimiento.
- Otra de las causas de las dislalias es la falta de estimulación adecuada durante el desarrollo del lenguaje. Los niños que no han recibido el estimulo lingüístico adecuado durante sus primeros años de vida pueden presentar dislalias.
- También pueden desarrollar este trastorno del habla aquellos niños que, por diferentes motivos, no han podido establecer un correcto contacto con el lenguaje, como los niños sordos o aquellos que presentan algún tipo de retraso mental.
- Por último, cabe destacar que algunos factores psicológicos también pueden ser causantes de las dislalias. Los niños que sufren de ansiedad o estrés pueden tener dificultades para pronunciar correctamente algunas palabras. Asimismo, aquellos niños que presentan algún trastorno del espectro autista también suelen tener dislalias.
¿Se puede prevenir la dislalia en niños?
Dependiendo de la causa de la dislalia podemos llegar a prevenir y tratar rápidamente este trastorno, siendo las medidas más eficaces utilizar técnicas para ejercitar el lenguaje y la comunicación, mejorar la comprensión del niño tanto, la comprensión lectora, como la comprensión auditiva.
Características de un niño con dislalia
La dislalia es un problema que dependiendo de su naturaleza puede ser transitorio o generar dificultades que hay que tratar convenientemente, hasta los 6 años debemos ser cautos y es a partir de esa edad cuando hay que prestar atención a diferentes señales que nos pueden indicar la existencia de dislalias en niños. Alguna de estas características las enumeramos a continuación:
- Dificultad para pronunciar uno o varios sonidos, como «s«, «t«, «k«, «g«, «f«, «v«, «th«, «sh«, «ch«, «j« o «z«. Por ejemplo dicen pego en vez de perro, incluyendo la pronunciación incorrecta de palabras, como «animina« en lugar de «adivina«.
- Los niños con dislalia intentan evitar el uso de ciertas palabras o sonidos por temor a equivocarse.
- Los niños con este trastorno del habla tienen dificultades para aprender nuevas palabras y comprender otras.
- Estos niños presentan dificultad para leer y/o escribir.
- Socialmente son niños tímidos y reservados con dificultad para las relaciones sociales.
Como tratar la dislalia en niños
Las dislalias o problemas en la pronunciación pueden corregirse, solo se requiere de algunas prácticas con los niños cuando no son graves, si con esto no se corrigen lo mejor es buscar la ayuda de un especialista.
Estos son entonces algunos consejos que puedes ejecutar o que puedes poner en práctica:
- La opinión de un especialista: En determinados casos es importante la opinión de especialistas como el logopeda, el nos indicara ejercicios, actividades o juegos que podemos hacer con los niños que presentan dislalias.
- Hablar con claridad: ya sabemos que muchas de las dislalias pueden deberse en parte a una mala pronunciación de las palabras de los adultos, así que lo más importante es poder hablarle al niño con claridad, intentando que entiendan cómo suenan correctamente los sonidos y cómo suena de forma correcta la palabra.
- Corregir siempre que pronuncie mal: es importante que podamos decirle cuándo está pronunciando de forma incorrecta, de esta forma el niño aprende. Sin embargo cuando corregimos también debemos pronunciar la palabra o palabras de forma correcta y hacer que las pronuncies esto hará que pueda recordarlo.
- Si no pronuncia correctamente indícale que no lo has entendido bien, para que se esfuerce e intente corregir la forma de pronunciarse.
- Practica juegos como trabalenguas, canciones, cuentos o poesía : es importante que podamos ayudar a nuestros niños, para ello podemos hacer que imiten sonidos de animales, que reproduzcan sonidos de todo tipo, ayudarles a pronunciar y a gesticular los sonidos permite que puedan mejorar con las dislalias.
Juegos para trabajar las dislalias en el aula o en casa
Finalmente queremos recomendarte algunos juegos para trabajar la dislalia en casa o en el aula.
¡Vamos al supermercado!
La primera actividad para trabajar las dislalias es muy sencilla, consiste en ir al supermercado. El juego consiste en crear una lista de compra e ir con los niños al super, ellos deben ir diciendo en voz alta los productos a comprar, como conoces bien a tu hijo deberás crear una lista acorde a su edad. Es un juego muy sencillo que no se necesita ningún material.
El juego de la oca de las letras
Este juego es una adaptación del juego tradicional de la oca, que usaremos para niños con dislalias, se puede realizar con un tablero de la oca tradicional, solo que en cada casillero debería haber una letra, en lugar de una imagen. También se necesitará un dado y una ficha para cada jugador así como también se deberán imprimir algunas tarjetas para el juego:
- Palabras que comiencen con la “R”
- Palabras que contengan “Z”
- Palabras que finalicen con “S”
- Palabras que finalicen con “ción”
- Palabras que empiecen por el fonema “J”
- Palabras que contengan el fonema “GÜ”
- Palabras que tengan 2 veces la letra “A”
Se pueden imprimir tantas tarjetas como variantes se deseen para jugar.
Dentro del tablero es importante dejar algunas casillas sin letras: estas oficiarán el lugar de “la Oca” y si los niños caen en estas, saltarán hasta la oca siguiente, adelantándose en el juego.
Dinámica del juego: Cada jugador deberá lanzar el dado y caerá en una casilla con una letra. Posteriormente deberá extraer una tarjeta. Así, cada pequeño tendrá una tarjeta y una letra correspondiente a la casilla en la que ha caído. Así, los niños deberán respetar lo que se les pide en la tarjeta extraída (por ejemplo; Palabras que comiencen con la “R” pero, además, esa palabra deberá tener la letra correspondiente al casillero donde han caído. Por ejemplo, si la casilla indicaba la letra “N” y la tarjeta pedía palabras que comiencen con la “R”, una palabra posible sería “ratón”.
Cada niño cuenta con un tiempo determinado para responder; por ejemplo, un minuto. Si acierta, permanece en la casilla dejándole el turno al niño siguiente, pero si no acierta deberá regresar a la casilla donde se encontraba con anterioridad.
El juego de las onomatopeyas
Para esta actividad necesitamos laminas con imágenes de animales. Estas fichas puedes imprimirlas y plastificarlas para el futuro. Además, se necesitará un dado. Coloca cada fichas boca abajo sobre la mesa, puedes utilizar dados para crear los turnos para jugar.
El primer niño dará la vuelta a la lámina y deberá imitar el sonido del animal que encuentre. Si se equivoca deberá devolver la lámina, si acierta se quedará con la tarjeta. Ganará el juego el niño que más tarjetas de animales tenga cuando finalicen todas las rondas.
¡Lápiz a la boca!
Para esta actividad necesitaremos tres cosas: un lápiz para cada niño, hojas de papel y lápices para escribir.
Separamos los niños en parejas y les entregamos una hoja de papel y un lápiz para escribir a cada pareja. También se les entregará un lápiz para cada niño. Estos últimos deberán colocárselos en la boca sosteniéndolos con los dientes.
La docente escribe en cada papel una palabra que los niños no pueden repetir oralmente. Uno de ellos deberá decir cosas positivas relacionadas con la palabra escrita, mientras que su compañero dará respuestas de todo lo opuesto. Por ejemplo, si la palabra escrita es “casa” uno de los niños podría decir “me encanta estar allí, especialmente cuando duermo”. Mientras que el otro compañero dirá: “no me agrada estar allí pues siempre me hacen limpiar o recoger la mesa luego de la cena”.
Es importante aclarar que los niños deberán, en todo momento, hablar con el lápiz en la boca, sujetándolo horizontalmente con sus dientes. Solo pueden quitarse el lápiz cuando no estén hablando. Por otra parte, ninguno de los dos niños deberá decir la palabra escrita en cuestión y si lo hacen, el niño que la mencionó perderá un punto. Gana la pareja que menos puntos haya obtenido respetando las reglas del juego.
El pez globo y el pescador
Este es un juego de imitación. La finalidad del mismo es que los niños ejerciten los músculos faciales que se estimulan antes de comenzar una ejercitación sobre dificultades de dislalia.
Para esta actividad no se necesita ningún material, pero sí es preciso que haya un mínimo de 10 niños para jugar.
La docente escoge a uno de los niños quien deberá ser el pez globo sin que el resto de los niños sepa que éste será el pez globo. Otro niño será designado como el pescador.
Dinámica del juego: todos los niños (incluido el niño pez globo) realizarán el movimiento con su boca propia de los peces, mientras que el pescador deberá observar a los peces mientras mueven sus bocas.
En un momento dado, el niño pez globo empezará a hacer otro movimiento mirando a alguno de sus compañeros: él empezará a inflar sus mejillas con aire. De este modo “contagiará” al otro compañero quien deberá imitar de ahí en más el movimiento de inflar las mejillas y deshincharlas (inhalando y exhalando aire). El objetivo del pez globo es que el pescador no le descubra y, mientras tanto continúe “contagiando” a más compañeros.
El pescador deberá descubrir quién es el pez globo original antes de que haya contagiado a todos los niños presentes.