La deserción escolar en los niños y adolescentes era, antes de la pandemia, un problema en diversos países de habla hispana. A las problemáticas antes vinculadas con la deserción adolescente (tales como fallecimiento de algún familiar, embarazo adolescente, problemas familiares, familias muy permisivas, trabajo infantil, consumo de drogas, etc) ahora se suma la pandemia y sus secuelas. En consecuencia, la deserción se incrementó notablemente haciendo que las cifras sean preocupantes.
En Argentina, por ejemplo, alrededor de 1,1 millones de adolescentes quedaron fuera del sistema educativo durante el 2020. Esto equivale al 10% del total de la matricula considerando a niños de nivel inicial, primario y secundario.
En Chile se estima que poco más de 40.000 niños, niñas y adolescentes no se inscribieron en ninguna escuela durante el 2020. De esos 40.000, 53% son hombres y 46% a mujeres.
Por su parte, en México, más de 700.000 personas inscriptas en el ciclo 2019 – 2020 no finalizaron sus estudios. De este total, más de la mitad argumentó que fue por motivos vinculados con covid.
Por último, España, país que venía de 6 años de descenso en la deserción escolar, se vio tan afectada como el resto de los países mencionados; 1 de cada 3 niños (2,5 millones) se vieron afectados por la pandemia y 100.000 de estos carecían de conectividad, por lo que las 16 semanas de escolaridad virtual ayudaron a que estos más de 100.000 se vean en situación de posible abandono escolar.
Expuestos todos estos datos, es imperioso pensar diversas estrategias para evitar la deserción escolar luego de la pandemia.
Estrategias para evitar la deserción escolar post-pandemia
A continuación, mencionaremos diferentes estrategias según los actores implicados en el asunto. Así se abordarán diferentes dimensiones; dimensión familiar, escolar y profesional.
Dimensión familiar
El apoyo familiar resulta imprescindible en este contexto. No obstante, a menudo, las familias creen que no pueden ayudar a niños o jóvenes en asuntos escolares. Esto, lejos de ser acertado, fomenta el abandono escolar siendo los adolescentes los más afectados.
Algunas formas para ayudar a niños y jóvenes pueden ser las siguientes:
- Generar espacios de silencio para estimula la concentración dentro del hogar. Es conveniente que los mismos sean provistos de luz natural e higiene.
- Evitar aparatos electrónicos encendidos en la misma habitación: por ejemplo televisor o el ordenador que no se esté utilizando con fines educativos, etc.
- Revisión de carpetas. Aunque esto es más frecuente en niños que en adolescentes, insistimos en la necesidad de que los adolescentes se sientan acompañados por los padres y compartan sus experiencias en la escuela con estos.
- Palabras de ánimo. Estas son sumamente importantes, especialmente en épocas de exámenes indistintamente en nivel de estudio.
- Acompañarles. Esto no quiere decir que se sienten al lado del niño o adolescente de forma permanente; a veces el acompañamiento se puede hacer llevando, por ejemplo, una taza de té donde se encuentre el estudiante.
Dimensión escolar
Desde los diferentes países se han implementado estrategias para que la brecha digital se achique más y más. No obstante, muchas escuelas carecen aún hoy de infraestructura suficiente para que sus alumnos aprendan de forma digital y aunque la presencialidad ha regresado, el tiempo de confinamiento dejará sus huellas. Por tales razones, será necesario que las escuelas establezcan métodos para paliar dicha situación:
- Diseñar programas o intervenciones acordes a cada estudiante a fin de recuperar los conocimientos del año 2020 y en muchos casos parte del 2021 también. Muchas escuelas carecen del espacio suficiente para que los estudiantes recuperen (con mayor cantidad de horas) el año lectivo 2019-2020 o 2020-2021. Por tanto, incluir estrategias digitales como soporte con ayuda de tutorías resulta ser una herramienta necesaria y que actualmente se está implementando en muchos países.
- Atender a las necesidades de estudiantes con problemáticas asociadas. Es decir, aquellos que han desertado por cuestiones vinculadas con covid, atenderles a fin de indagar sobre otros posibles factores que estén interviniendo en ese estudiante: razones económicas, falta de accesibilidad, embarazo adolescente, trabajo infantil, etc.
- Fortalecer programas de re-inserción o regreso escolar.
- Generación de más espacios de encuentro educativo, abierto también a temáticas propuestas por los mismos estudiantes; por ejemplo “preocupación por la inserción laboral” pudiendo realizar programas vinculados con la articulación escolar-laboral.
Dimensión profesional
Esta dimensión hace referencia específicamente al rol docente o pedagógico que se precisa para paliar las diferentes dificultades en los aprendizajes que pueden presentar los niños o adolescentes. Por ejemplo, si pensamos en un niño con bajos recurso y sin acceso a la conectividad, tenemos un posible futuro desertor, pero esta situación se agrava si, adicionalmente, el joven carece de los recursos internalizados para poder comprender un texto o una operación matemática. En consecuencia, se proponen las siguientes estrategias:
- Realizar seguimientos a niños vulnerables dando soporte (tanto presencial como virtual) para evitar una futura deserción escolar.
- Trabajar de manera conjunta con docentes, directivos y padres (o tutores) a fin de proveer una red de contención. En este sentido, se podría considerar otros espacios de encuentro que sean frecuentes para los niños o adolescentes: Clubes, iglesias, deportes, escuelas de música, de danza, etc.
- Observar y evaluar posibles problemáticas asociadas con una futura deserción. Por ejemplo, consumo de drogas, problemas vinculares con sus compañeros, abuso de algún tipo, etc.
- Brindar estrategias que ayuden a los niños y adolescentes a conocer los beneficios de la escolaridad y las posibles consecuencias en caso de una deserción.
Como se ha expuesto, las tres dimensiones abordadas deberán trabajar de manera interrelacionada. Cada país ha adoptado diferentes formas y métodos para paliar esta deserción. No obstante, las consecuencias serán más visibles en el mediano y largo plazo. Por tanto, emplear estas y otras estrategias ayudará a que el índice de deserción descienda recuperando a aquellos que ya no se encuentran incluidos en el sistema escolar.
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Excelente
Hola Angel muchas gracias por tan importante topico, nos compete a todos los actores de la comunidad educativa.