
Desde ponerse en el lugar del otro, hasta favorecer espacios para compartir buenos ratos juntos, pasando por evitar el uso excesivo de «distractores sociales situacionales» (televisión, moviles, tabletas, etc…) que frecuentemente distorsionan la comunicación natural. Lo que es importante es dedicar tiempo a la comunicación familiar, y no aprovechar el tiempo que se tiene para sacar la lista de reproches o de problemas. Tampoco se trata de escapar de ellos o de pintar una realidad ficticia. Se trata de hablar de las cosas positivas y de las menos positivas, pero abordándolas sin dramatismos y con honestidad, sin medias verdades y con transparencia.
Consejos para mejorar la comunicación familiar
- No les niegues la palabra a los tuyos, aunque estés muy enfadado.
- Mantén un clima de alegría, a pesar de los disgustos o problemas personales. Separa las emociones negativas y maneja con inteligencia emocional el conflicto, sin dramas.
- Espera, sin interrumpir, tu turno en la conversación. Que los demás vean que les escuchas activamente.
- Ten paciencia, hasta encontrar el momento oportuno y no terminar en discusión las conversaciones. Haz un esfuerzo porque acaben bien, con alguna anécdota de humor.
- Piensa antes de hablar. Expresa bien lo que quieres decir. Que tu lengua no vaya más deprisa que tu cabeza.
- No te dejes aturdir por la falta de serenidad del otro. Conserva la calma. No entres en sus provocaciones. Sois distintos. Marca tu el ritmo de la serenidad.
- Trata los temas conflictivos con compresión hacia el otro. Ponte siempre en su lugar.
- Sé receptivo, escucha y no contradigas por sistema. Adopta un papel constructivo.
- Valora a los miembros de tu familia por lo que son; no te dejes influir por tus impresiones del primer momento. Y si hay algo que cambiar no lo veas como un muro infranqueable. El tiempo ayudará.
- Espera hasta comprender por completo lo que el otro quiera decirte. No hagas juicios previos sobre su actuación o conducta .
- Aprende a “bajar la guardia”, y deja la agresividad a un lado cuando surjan temas que, por ser opinables, pueden resultar conflictivos.
- Acepta los puntos de vista de los otros, sin imponer siempre los tuyos.Cada uno tiene su punto de vista y ninguno es verdadero o falso.
- Acepta con buen humor las razones de los demás. El humor ayudará. Ríete de tí mismo si es necesario.
- Reconoce los aciertos de los demás, y alégrate con ellos. Reconoceles los méritos.
- Perdona, y pide perdón cuando haga falta. Rectificar es de sabios.
- Olvida la “lista de agravios”. No te lleva a nada. Porque tú digas las cosas no significa que la otra persona vaya a cambiar.
- No pases factura por lo mucho que haces y lo poco que se te devuelve. Hacer las cosas desinteresadamente en la familia es esencial. No buscar en las relaciones familiares recompensas materiales.
Fuente: http://www.ayuda-psicologia.org