Ciertamente es correcto decir que algunos niños siempre han querido ser el centro de atención, no obstante existe una tendencia cada vez más notable y creciente, que los niños llamen la atención de sus padres, docentes u otro adulto de importancia para ellos.
¿Cuál es la causa de llamar la atención de los adultos y cómo poner límites?
La mayoría de las veces un niño quiere llamar la atención porque no sienten que ocupan un lugar central en la vida de sus padres.
Cuando los bebés nacen, irremediablemente son el centro de atención de sus padres (especialmente de su madre).
Conforme va pasando el tiempo su madre retoma paulatinamente sus actividades: trabajo, quehaceres domésticos, estudios, actividades físicas, etc. Esto produce en el niño una primera distancia de su madre.
Distancia netamente necesaria para ambos y que cada vez más se amplía más. Posteriormente el niño comenzará a ir a la escuela infantil (Guardería), o bien empezará a tener algún compañero de juego que no serán los padres.
La madre, así, estará ausente en algunos momentos breves.
Si esto no se hace progresivamente o se realiza de forma muy brusca, es posible que el niño desee llamar la atención de sus padres.
Es necesario aclarar que en cierto aspecto todo niño desea, necesita y es saludable que llame la atención de sus padres. Sin embargo, aquí nos referimos a aquellos niños que, de tanto llamar la atención, se han convertido en el centro de atención de manera constante para su familia y no toleran correrse, aunque sea un instante, de ese lugar.
¿Cómo educar a un niño que es el centro de atención?
- Actividades en grupo. Escoge juegos o deportes grupales que los niños deban realizar en forma conjunta con otros niños para poder ganar. Por ejemplo, los deportes en equipo como el balonmano, baloncesto, rugby, fútbol, etc. En estos deportes debe tener en cuenta la función que cada compañero cumple dentro del juego. Esto permite a los niños aprender que cada uno es igual de importante que el otro.
- Destina momentos del día para estar con el niño. Si el niño quiere ser el centro de atención de manera constante, tal vez sea porque hay algo que necesita decirnos y no sabe cómo hacerlo. Es importante generar un espacio y algunas horas del día para darle lugar a esto. También se puede realizar alguna consulta con un profesional como un psicólogo infantil.
- Poner límites. Un niño que desea siempre ser el centro de atención necesita límites. Frases como «ahora estoy ocupada, pero luego cuando termine con esto, te podre prestar atención» pueden ser de utilidad para que los niños comprendan que cada cual tiene un lugar.
- «Dígalo con mímica». Este juego de imitación, puede ayudar a que el niño comprenda que él no es el centro de todo. Establezca tiempos para padres y niños a fin de que cada uno pueda contar algo (un momento del día, un cuento o un anécdota) pero únicamente con mímica. Esto permitirá al niño sentirse el centro de atención pero únicamente en el tiempo que él tenga que jugar.